Estas imágenes van a herir su sensibilidad

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

María Pedreda

23 mar 2021 . Actualizado a las 13:00 h.

Te avisa el presentador de las noticias. Muy amable. «Las imágenes que va a ver a continuación pueden herir su sensibilidad». Por si quieres cambiar de canal y entretenerte en tu burbuja del primer mundo con unos anuncios de esos productos que al consumirlos, te consumen.

Son las imágenes de Nabody, con hipotermia severa y en parada cardíaca. Un cuerpo menudo, 24 meses (luego su madre diría que tenía más edad, cinco años), tendido en el asfalto del muelle de Arguineguín. Dos voluntarios de Cruz Roja, Paula y Miguel, hicieron todo lo posible para que volviese a la vida mientras llegaba la ambulancia medicalizada. Lo consiguieron. Pero su éxito duró poco. Este domingo, Nabody fallecía en la UCI del hospital Materno Infantil de Las Palmas. Nunca pudo dejar la unidad de cuidados intensivos. Sus órganos no aguantaron. El milagro se desvaneció. Y es que los milagros duran poco entre los desfavorecidos. La injusticia no tiene balanza.

Hay más pandemias que la del covid. Hay seres humanos que, además del covid, siguen llegando en pateras en unas condiciones que hacen que el infierno parezca un yacusi.

La patera en la que viajaba Nabody asustó a los de la Salvamar que la atisbó. Ellos, que están cansados de ver situaciones atroces. Pensaron que había muertos. Contaron demasiados niños exhaustos en la embarcación a la deriva.

La foto de Nabody recibiendo la reanimación no debería herir nuestra sensibilidad estupenda. Debería ponerse como asignatura obligatoria en los colegios. Debería verla todo el mundo. Sería una manera de que valoremos lo que tenemos, incluso con la mascarilla puesta. El covid se ha llevado a muchos por delante y nos tiene lógicamente fatigados. Pero pensemos en la navegación en pateras. ¿Dónde está la distancia de seguridad en una patera? ¿Dónde está ahí el miedo al contagio del virus? El virus en África es el hambre.

Pensemos en los diez años de la guerra en Siria. Diez años. Ahora los tiros en la cabeza siguen, pero encima con una pandemia en marcha. Las oenegés reparten en ocasiones mascarillas en los campamentos de refugiados. Pero, ¿de qué sirve la mascarilla cuando hay un bombardeo? ¿Te protege una mascarilla del estallido de un cohete que te hace pedazos y deja en el suelo un cráter para que sea más fácil enterrar tus pedazos y los de tu familia en ese hueco? Nadie te va a enterrar.

Nabody es otra foto más que señala a los culpables. Los poderosos que gobiernan este planeta. Los poderosos que gobiernan este planeta. Los poderosos que gobiernan este planeta. Algo parecido ya lo había escrito Juan Marsé sobre el hambre en el tercer mundo. No hemos perdido solo a Nabody. Hemos perdido la dignidad de ser humanos. Pero cambiemos el canal y sigamos en nuestra burbuja.