8m: Isabel Ayuso, Irene Montero, las infantas Elena y Cristina de Borbón, cuando el machismo se enmascara de feminismo

OPINIÓN

Ayuso quiere ser Isabel III de Castilla, pero no la pueden ver ni en Valladolid. Montero y sus seguidoras piensan, como pensaba Fraga, que la calle es suya. Las infantas han seguido la doctrina Ana Mato, y le han puesto más difícil aún a Leonor llegar a ser reina.

07 mar 2021 . Actualizado a las 19:08 h.

Con feministas como Isabel, Irene, Elena o Cristina, los machistas no necesitan enemigos. 

Isabel III de Castilla. Sueña con un futuro en el que Casado es enviado por Aznar a la papelera de la historia y ella es entronizada bajo palio. Le habría gustado más llamarse Agustina de Aragón, y sus rivales prefieren compararla con Juana la Loca. Pero de verdad sueña con ser Espe II de Madrid. El problema es que Esperanza Aguirre Gil de Biedma, handicap 11 de golf, nunca pudo practicar el juego largo. En el rough de caída de la Meseta resbalaba. Pero la alumna Isabel está superando a la maestra: no la pueden ver ni en Valladolid.

Irene I de Galapagar. Reina consorte. Las tareas extramuros de los monarcas son una de las principales actividades generadoras de empleo en el municipio de la sierra de Madrid. El séquito que se ocupa de los tres infantes entretiene desde hace tres años a todos los mentideros de la corte. Los reyes han desmentido que el servicio incluya una puericultora para dormir a los niños. Teresa Arévalo, una de las catorce asesoras del equipo de Irene, ha sido capaz de compatibilizar su cargo público con el cuidado de la tercera infanta en la línea dinástica, según un escrito entregado al juez del caso Neurona por una abogada de Podemos. Seguidora de Manuel Fraga, esta semana Irene y sus seguidoras han intentado proclamar que la calle es suya. 

La popular Ana Mato dijo en su día que el mejor momento del día era por la mañana, cuando veía cómo vestían a sus niños. Después, cogía alguno de sus bolsos Louis Vuitton y se dirigía al garaje del casoplón de Pozuelo, donde su marido, alcalde de la localidad, tenía aparcados un Jaguar, un Range Rover… que nunca le llamaron la atención. La doctrina Mato sentó pronto jurisprudencia. Y fue la técnica empleada por Cristina de Borbón para no acabar en la cárcel con su esposo. Puesto que ha dado frutos, ha vuelto a ser la argucia argumental que explica cómo unos miligramos de ARN mensajero acabaron en su brazo y el de su hermana Elena en una reciente visita a Abu Dabi. «Nos lo ofrecieron». Fue una oferta que no pudimos rechazar, les faltó decir. El gran perjudicado de este gran tomate va a ser Berto el de O Grove, que ya tenía las cigalas en la nevera esperando por el Emérito.  

Con feministas monárquicas como Cristina e Irene es poco probable que Leonor llegue a reinar. Es un favor que le hacen al país, porque el gran desdoro nacional sería que Letizia tuviese un tercer hijo varón y, con la reforma de la Constitución en la nevera de Pfizer por culpa de la liorta política, Leonor fuera relegada al banquillo e hiciéramos un ridículo mundial. 

El machismo más sibilino es el que se enmascara de falso feminismo. Nada le hace más daño a la lucha por la igualdad que tener de abogadas defensoras a Irene y a Pablo.

Tuve la inmensa fortuna de nacer en una familia de trabajadores, padre y madre pobres maestros de escuela. Jamás mamé ninguna brecha de género. Nunca le he pasado el escáner de micromachismo a mi heteropatriarcado. Pero no conozco a ningún ser humano más feminista que mi padre. Quizás por eso a mis compañeros hombres les gusta regular que diga que trabajo mejor con mujeres. Es una generalización, como todas injusta, pero suele ser cierta. Y aunque le he dado muchas vueltas, creo que tiene una explicación sencilla. Son igual de listas y trabajadoras. Pero mucho más competitivas y sacrificadas. En la mejor acepción de ambos términos. Como los futbolistas virtuosos de potrero -Diego, Messi, Lis Franco, Vero Boquete-, tienen muchas más ganas de hacerlo bien y por desgracia aún se ven obligadas a demostrar cada día que están a la altura. 

Tere Portela, Ana Peleteiro, Belén Toimil… Mara, Julia, Sofía, Salomé, Montse, Carmiña, Silvia, Noelia, Marta, Celia, Raquel... Las puñeteras dueñas del mundo.