Vendedores de fantasías

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

18 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos habituados a escuchar las más peregrinas conclusiones, tras cada consulta electoral. En el caso de la de Cataluña, que Bárcenas, que bastante tiene con lo suyo, y Albert Rivera fueron los responsables de los descalabros de populares y Ciudadanos. Y otro razonamiento que no se sostiene ni con un andamiaje de hormigón.

Porque, aún sin finalizar el recuento de los votos, comenzó a difundirse la idea de una victoria sin paliativos de los independentistas que los facultaba para recuperar la «revolución de los señoritos». Pero nada más lejos de la realidad. Cierto que el independentismo aventajó al constitucionalismo en 107.000 votos, pero ninguna fuerza fue capaz de salir vencedora de la consulta; ni en votos ni en escaños. Y todos ellos juntos se dejaron por el camino la friolera de 626.086 votos respecto a la consulta anterior.

Análisis más detenido merece la apatía por descontento o lo que sea de los 2.486.584 catalanes que optaron por no acudir a las urnas, pese a lo que su país se jugaba. Sobre todo sabiendo que la mitad eran votantes de Cs y un tercio del PP. Resulta sorprendente y el comportamiento merece una tesis. Pero, se mire por donde se mire, fueron ellos, los abstencionistas, los abúlicos, los descontentos, los que obtuvieron una mayoría abrumadora. Y, pese a eso, los cantos victoria se suceden. No faltan majaderos, como siempre hubo, que trasladan al conjunto de la sociedad catalana los resultados. Y, añadiendo la extraparlamentaria PDeCAT, alcanzan el 51,3 % de los sufragios. Por lo que deducen que Cataluña pide a gritos la independencia y ellos quedan autorizados para proclamarla.

Pero los números indican otra cosa. El president lo será con el apoyo del 11,2 % de los catalanes con derecho a voto y el 7,7 % del censo poblacional. Porque los independentistas obtuvieron el 26,7 % de apoyo del electorado, lo que representa el 18,5 % de la población total. Así que sus cuentas no salen ni imitando las de la lechera. Porque lo que ocurrió es que ganó por mayoría abrumadora la abstención. Pero siguen vendiendo fantasías.