La joven Loujain, mil y una noches en la cárcel

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Handout .

13 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha sido excarcelada pero no es libre. La joven saudí Loujain al Hathloul, de 31 años, se ha pasado los últimos tres en prisión condenada bajo la ley antiterrorista de Arabia Saudí por haber cometido el horrible crimen de reclamar el derecho de la mujer a conducir y a no ser esclava del sistema patriarcal que impide a las féminas decidir sobre su vida sin la supervisión de un varón de su familia o maher. Su estancia en prisión, según su testimonio, no ha sido fácil ya que fue sometida a tortura, vejada sexualmente y aislada durante largos períodos.

Pero, Loujain no es el único miembro de su familia encarcelado por expresar su opinión. Su marido Fahad Albutairi, comediante y actor, fue detenido en Jordania y transportado contra su voluntad a Arabia Saudí donde, al parecer, sigue en la cárcel desde el 2019.

Aunque el Gobierno de Arabia Saudí niega haber recibido presiones, lo cierto es que el cambio en la política exterior de Estados Unidos con un presidente que ha criticado públicamente esta sentencia como la de otras activistas saudíes, así como la nueva estrategia de protección medioambiental que, con toda seguridad, supondrá un descenso en la dependencia de los hidrocarburos, obliga a esta teocracia a contemporizar con la comunidad internacional. Nada que ver con una nueva tendencia proderechos humanos ni reconocimiento de la igualdad de género; solo es una cuestión de política internacional y, sobre todo, de economía. Durante décadas la enorme riqueza proveniente del petróleo ha amordazado las críticas internacionales. Los petrodólares resultaban cruciales para el progreso de la economía mundial. Pero, hoy, cuando China y Rusia disputan a EE.UU. el liderazgo político y económico mundial, y algunos países emergentes como India y Brasil aspiran a sumarse al club de los ricos pese a las graves desigualdades sociales, el paradigma está cambiando. Los petrodólares ya no son tan necesarios. Arabia Saudí está obligada a cambiar de rumbo si no quiere perder el ritmo y eso incluye conceder más derechos a las mujeres.