Culillos a la mar

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Bienvenido Velasco | Efe

27 ene 2021 . Actualizado a las 08:49 h.

El diccionario pan-endémico de términos coronavíricos será sin duda la mayor aportación que nos dejará Todo Esto cuando acabe, porque alguna vez acabará, aunque haya segundos en los que es facilérrimo sentir una extenuante propensión a pensar otra cosa. Se intuía desde el minuto uno, pero, como la cosa se ha ido prolongando a empellones, pues el arsenal neolingüístico improvisado por una sociedad en shock y unos políticos hablando de ciencia se ha ido ampliando a un ritmo frenético muy enriquecedor. Va a hacer un año ya que arrancó este tiempo suspendido en el que todos andamos pero hacia atrás, como los corredores de retrorunning, una surrealista especialidad atlética en la que el deportista corre pero en lugar de avanzar retrocede, un correr que es descorrer, una contradicción en sí misma que confirma que el tiempo no discurre siempre hacia el futuro.

En estos meses hemos aprendido que el sinfinamiento no estaba en la esquina del otro marzo sino en la de este; que la cola es una instrucción obligatoria para la tropa que se abastece en el súper, pero no para los consejeros de Murcia; que recortar un centímetro la distancia legal en la fila del pan te expone al fusilamiento visual aunque estés atándote los zapatos; que el desconocimiento de una ley que cambia más que el nordés no te exime de su cumplimiento y que los antivacunas existían hasta que, amiguiños, quisieron vender la vaquiña polo que vale.

De las últimas incorporaciones a un diccionario que se aventura enciclopédico propongo elevar culillo a palabra del mes. La pronunció el consejero de Salud andaluz para referirse a la famosa sexta dosis de la vacuna de Pfizer a la que no llegamos por no disponer de jeringuillas fetén. Yo lo que sugiero es desarrollar el campo semántico del término. Me quedo con hasta el culillo.