La «kale borroka» del botellón: «Policías, asesinos»

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

PO | Efe

26 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ves las noticias y te frotas los ojos. Las imágenes y la credibilidad del medio te impide pensar que estás ante una fake news. Lo que sucedió fue tal cual. Hasta en tres botellones en el País Vasco y en otro en Cataluña se recibe a los policías como si estuviésemos en el No-Do de la Transición, que debe ser lo que piensan ellos, al grito de «policías, asesinos». A por ellos, fuerzas represivas del Estado. Pues no eran fuerzas represivas ni del Estado. Eran policías autonómicos haciendo su trabajo. Se habían convocado varios botellones ilegales de gente que se incluye sola en uno de los tres apartados en los que en Galicia se divide a la gente: xente, xentiña e xentuza. Y estaban tan tranquilos bebiendo a morro y compartiendo con el de al lado el morro y la botella, como si no nos encontrásemos en el momento más duro, más cruel, de una pandemia universal. ¿Y las mascarillas? ¿Qué es una mascarilla? Otro aparato represor. Policías asesinos por hacer su trabajo, por jugarse la salud. ¿Asesinos de quién? ¿Quién mata a quién? Decía el otro día la portavoz de Bildu que ella no condena el terrorismo, que cada uno haga su relato. Pues está claro que, para algunos, su relato sigue instalado en las cloacas del Estado, y que parar un botellón es tortura. Esos chavales que tiraron de todos los éxitos populares de la kale borroka para evitar el trabajo de los policías deberían preguntarse si no son ellos los asesinos de sus padres o de sus abuelos cuando se lleven el contagio a casa después de la fiesta en Santurce o del momentazo en el casco viejo de San Sebastián. Que a estas alturas de la historia y de los contagios la chavalada, aberzale o no (están también los pijos sin cabeza del teatro Barceló en Madrid), se plantee que la culpa es de la policía que los denuncia y detiene demuestra que no han entendido nada. ¿No prendió en el conjunto vacío de estas cabezas la Educación para la Ciudadanía o la Alianza de las Civilizaciones de Zapatero?