No nos hagamos trampas al solitario

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

David Zorrakino

22 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Imaginando que la encuesta del CIS sobre las elecciones en Cataluña elaborada por el socialista José Félix Tezanos no tuviera en esta ocasión el habitual sesgo favorable hacia el PSOE que han mostrado todos sus sondeos, la noticia de que los partidos independentistas -entendiendo como tales a aquellos que apoyaron abiertamente la sedición- podrían perder la mayoría absoluta, es algo de lo que cualquier demócrata debe felicitarse. No hay camino posible hacia una democracia plena en Cataluña mientras los golpistas sumen escaños suficientes para imponer en solitario su proyecto sectario y xenófobo. Dicho esto, conviene que no nos hagamos trampas en el solitario a la hora de hacer las sumas. Situar en el bloque de los que podrían arrebatar a los secesionistas el Gobierno de Cataluña a un partido como En Comú Podem es un acto voluntarista que sirve para fabricar titulares, pero que desgraciadamente casa muy mal con la realidad, porque Pablo Iglesias y los comunes son aliados del secesionismo, no sus enemigos.

Si alguien quiere creer que quien va a hacer caer con sus votos a un Gobierno independentista es una fuerza política cuyo líder acaba de equiparar a un personaje como Carles Puigdemont, huido de la Justicia española y escondido en Bruselas para no afrontar la responsabilidad de sus actos delictivos, con los exiliados que huyeron de la atroz dictadura de Franco, está en su derecho. Pero ya le adelanto que, si se diera esa posibilidad, se llevará un chasco. Incluso en el peor escenario para los independentistas que dibuja este CIS hecho en pleno efecto Illa, es decir, tomando la parte más baja de las horquillas para ERC (31), JxCAT (20) y la CUP (8), sumarían 59 escaños. Y, tomando también el peor resultado posible de En Comú Podem (9), llegarían entre los cuatro a la mayoría absoluta de 68 escaños. Entre ser aliado de un Gobierno no independentista encabezado por Illa, que dependería del PP, de Cs y de Vox para tener mayoría y gobernar, o integrarse en un ejecutivo presidido por secesionistas, Iglesias, amigo y valedor de Puigdemont, lo tiene claro. Votar a los comunes es votar al secesionismo.

La supuesta victoria de Illa provocaría además la paradoja de alejar la otra posibilidad numérica: la de que en Cataluña se conforme un tripartito entre ERC, el PSC y los comunes. Ese Gobierno, que sería ciertamente mejor que uno formado exclusivamente por separatistas, solo sería viable si ERC ganara las elecciones y Aragonés fuera el presidente. Lo que jamás hará Junqueras, porque eso sería suicidarse ante los suyos, es dar el Gobierno de Cataluña al PSOE.

Que Illa fuera el próximo presidente de la Generalitat sería la mejor noticia posible. Pero eso no va a suceder. Más allá del sondeo, que es una foto fija de un momento, hay dos cuestiones que los catalanes y el resto de españoles tienen derecho a conocer antes de las elecciones. ¿Dará En Comú Podem el Gobierno a los independentistas si pierden la mayoría absoluta? Y la segunda: ¿dará el PSC la presidencia a ERC si dan los números? Esa es la encuesta clave.