Debate: «¿Qué es lo que hay que cambiar en las residencias de ancianos?»

Los expertos coinciden en que la atención a las personas mayores contagiadas de covid ha funcionado, pero se necesita más atención especializada, y mejor pagada, para mejorar su calidad de vida

Las residencias de ancianos vuelven a estar en el punto de mira de la sociedad en medio de la tercera ola de la pandemia. El covid sigue causando muchos problemas en estos centros que, según los expertos, han proporcionado una atención sanitaria de primer nivel. Pero todo puede mejorar y para ello es necesario una asistencia precoz y especializada, con profesionales mejor pagados.


Mellorar uns coidados que funcionan

Durante o último ano, o mundo enteiro fixo fronte a un inimigo tan temible como descoñecido. Unha pandemia que se colou nas nosas casas, nos nosos lugares de traballo e tamén nas residencias de persoas maiores, que estaban afeitas a coidar dos nosos pais e avós con tanta eficacia como discreción. O virus, que chegou sen avisar e cambiou radicalmente a vida de todos, foi un reto enorme para estes centros. As residencias están especializadas en coidar, pero non tiñan experiencia enfrontándose a unha enfermidade infectocontaxiosa do calibre do covid-19.

Os profesionais, que coidan das persoas maiores como se fosen membros da súa propia familia, víronse inxustamente sinalados como colectivo, a pesar de que a inmensa maioría deles traballou de xeito meticuloso e respectando os protocolos que marcou a Xunta de Galicia. Todos os xustos -practicamente o 100 % das residencias- pagaron por unha minoría de pecadores.

As persoas maiores que se contaxiaron de covid-19 nas residencias recibiron unha atención sanitaria de primeiro nivel. Algunhas delas foron atendidas na súa contorna, outras trasladáronse ás residencias integradas que habilitou a Xunta para darlles un coidado específico, outras -nos casos máis graves- foron asistidas nun hospital. En todos os casos, sen excepción, pelexouse ata o final para protexer a súa saúde e o seu benestar.

É certo que as residencias, como todos os servizos, teñen aínda materias pendentes. O intenso escrutinio que recibiron durante estes meses, lonxe de estigmatizalas, debe servirnos para mellorar uns coidados que, en liñas xerais, funcionan e son útiles para moitas familias galegas.

A Xunta vén de crear un Comité Asesor Sociosanitario para sentar as bases das residencias do futuro. As liñas mestras deste novo modelo serán trazadas por profesionais do coidado de dependentes, médicos, enfermeiros, arquitectos, traballadores sociais... Os avances tecnolóxicos (como a domótica), a reforma estrutural dos centros e a mellora da coordinación entre os servizos sociais e os sanitarios serán puntos clave nesta redefinición do sistema, que se abordará con realismo e tamén con ambición.

Durante esta pandemia escoitáronse moitas voces que dicían que nas residencias todo estaba mal. É inxusto e non se corresponde co que realmente demostraron os traballadores destes centros: profesionalidade, cariño e un compromiso inquebrantable cos maiores, aos que lles debemos todo. Por elas e eles, sigámonos coidando, sigámolos protexendo, sigamos mellorando.

Autor Antón Acevedo Prado Director Xeral de Atención Integral Sociosanitaria

El saber y la voluntad

¿Hay que cambiar algo en las residencias? Nadie hace lo que no sabe hacer, salvo por casualidad. En las residencias hacían lo que sabían hacer, apoyar la vida de las personas mayores que precisaban ayuda para su vivir cotidiano.

La culpa. Todavía hay gente seria que cree que la culpa fue del nombre de la residencia, de si era pública o privada, de si pagaban bien o mal a sus empleados, de si la sede estaba en Londres o París… Y no, no es así. La culpa de tantas muertes es del virus, que no es público ni privado, y ha sido, con certeza, un problema de asistencia sanitaria, de salud pública y de muy mala gestión de los brotes.

El modelo. En España hay residencias públicas, privadas, concertadas, de 12, 50 o 300 plazas... Y no hay dos filosofías diferentes en el «modelo de cuidados», sino mil modelos, una filosofía detrás de cada director o directora. Todo esto hace imposible ese debate sobre el cambio del «modelo residencial», no se puede cambiar algo que no existe, habrá que crearlo.

Dónde está el problema. Ninguna comunidad autónoma puede presumir de haber impedido tanta muerte y a día de hoy ni siquiera sabemos realmente por qué el virus mató así en residencias. No disponemos de un informe preciso sobre lo sucedido durante la pandemia, Se ha culpado injustamente a los centros residenciales sin más, sin un análisis profundo.

Lo que queremos. Si pagamos algo menos de 1.000 euros a un profesional que apoya o cuida diariamente y con esmero a nuestro familiar, que desempeña un trabajo duro, que requiere arte y paciencia, incluso fortaleza psíquica, deberemos reflexionar. Mejorar las residencias implica un mayor presupuesto público y más gasto privado. La calidad ha de mejorarse, pero hemos de asumir que hay que pagarla.

Las residencias han de ser centros pequeños y habitables, lo más parecido a una casa, permeables, integrados en su comunidad y en su barrio, donde los ayuntamientos provean atención social y gerontológica, y que el sistema público de salud proporcione los servicios sanitarios médicos, de enfermería, de farmacia, fisioterapia y de atención psicológica. Y los centros grandes han de dedicarse al daño cerebral degenerativo, a la ortogeriatría y oncogeriatría, sectorizados en unidades pequeñas.

Y por último, tenemos que crear servicios geriátricos. El esfuerzo más intenso lo hemos de hacer en calidad de vida, en prevención y en asistencia precoz y especializada, hemos de saber hacer. Galicia necesita especialistas, no basta con la voluntad de querer.

Autor Miguel Ángel Vázquez Presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría
Votación
19 votos
Comentarios

Debate: «¿Qué es lo que hay que cambiar en las residencias de ancianos?»