Llegó el primer temporal del 2021, que no ha cogido por sorpresa a las empresas de conservación de carreteras, que trabajan como cada año desde hace meses en la vialidad invernal. España no cohabita con la nieve. Los conductores ni estamos acostumbrados, ni preparados, y la nieve nos resulta hostil. A esto se añade nuestra compleja orografía. Con nieve se puede circular en recta y en llano con relativa seguridad -con neumáticos adecuados-, pero con la altitud media de las carreteras españolas (segunda de la UE por detrás de Suiza), y las continuas rampas y pendientes, la circulación se complica.
Para evitar incidencias en la carretera hay tres factores clave: educación vial, información veraz en tiempo real y eficaz para el usuario y reacción inmediata por parte de la Administración y de las empresas de conservación.
No puede achacarse la falta de planificación como causa de la incidencia invernal en nuestras carreteras, ya que, en el momento que se recibe un aviso de Aemet por nevadas, la concesionaria de la carretera está lista para actuar. En cuanto a la comunicación, usuarios afirman que los paneles de las autovías avisaban de cortes, pero que no se les impidió continuar. Se ha transmitido una información real y veraz, pero de dudosa eficacia. Y además, seguimos sin tener suficiente educación vial. Ante condiciones climatológicas adversas la mayoría de los conductores no se plantean no realizar el recorrido. Si a esto se suma que la mayoría no lleva cadenas, y o que no saben ponerlas o cómo conducir con nieve, se generan problemas que impiden a las quitanieves trabajar.
Las empresas de conservación de carreteras dedican notables esfuerzos a desarrollar soluciones innovadoras que mejoren o aminoren las consecuencias de una climatología adversa. La niebla es una incidencia climática habitual y autovías del norte se ven obligadas a cerrar el tráfico. La autovía del Cantábrico está cerca de solucionar este problema gracias a la creación de unos dispositivos antiniebla que iluminarán las señalizaciones cuando se produzcan los bancos de boira en la transitada A-8, que cierra una media de 700 horas al año por niebla. Con este sistema -en pruebas-, basado en balizas inteligentes y rayos láser, el Gobierno pretende reducir las horas de cierre en un 85 %.
La actividad de conservación destaca por su marcada vocación de servicio para satisfacer las demandas de los ciudadanos y garantizar su acceso seguro dentro de los parámetros del plan de vialidad invernal de cada carretera. El adecuado mantenimiento de la red de carreteras es una labor fundamental para las administraciones públicas y para las empresas de conservación; sin embargo está en mano de todos, usuarios incluidos, hacer un buen uso de las herramientas de las que cada uno dispone para lograr la mayor seguridad en la carretera. Solo trabajando juntos lo haremos posible.