Papá, ¿sabes qué es un optimista?

OPINIÓN

Carlo Allegri

11 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mi hijo me contó un chiste. Papá, ¿sabes qué es un optimista? El chico que espera a su cita del Tinder durante dos horas pensando que si llega tarde es porque va a venir. Tras reír con la ocurrencia, mi deformación profesional de economista hace que me venga a la mente otra jocosa definición de optimismo: la actitud de numerosos gestores de fondos y demás tiburones de las finanzas que, en medio de la mayor hecatombe sanitaria y económica que el mundo ha vivido en más de medio siglo, se empeñan en llevar los principales índices bursátiles internacionales a máximos históricos.

Si bien es cierto que esta bonanza no solo llena los bolsillos de los escualos de Wall Street, sino que reporta grandes alegrías a innumerables pequeños inversores en el corto plazo, en la lontananza, el horizonte no se presenta tan halagüeño. Y es que en esas acciones que suben como la espuma están invertidos no solo el parné que tenemos para especular sino también nuestras pensiones. Me va haciendo ya menos gracia que el dinero del que dispondré para vivir en unos lustros esté colocado en acciones de cotización estratosférica como Tesla (cuyos accionistas necesitarían 1.500 años para recuperar su inversión si las ganancias de la empresa se mantienen al ritmo actual) o Expedia (que en estos momentos pierde cada día una cantidad equivalente a seis veces el importe de los beneficios registrados en su mejor época); que los masivos programas de recuperación aprobados a ambos lados del Atlántico acaben de inflar una burbuja financiera de proporciones descomunales en lugar de apoyar a ciudadanos de a pie y pequeños empresarios con el agua al cuello; y que ese dispendio se sufrague hipotecando el futuro de la generación de ese hijo que me hacía reír con ese chiste.

A aquellos que están pensando, ¡vaya aguafiestas!, les diré que la chica del chiste nunca llegó. Jesús Manuel Suárez Liste. Suiza.