2021, odisea en la Galicia cultural

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

WIKIPEDIA

04 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue carlista, como Valle-Inclán. Aunque poco tiempo, como Valle-Inclán también. Sin embargo, mientras el maestro de Arousa renunció a sus ideas conservadoras y acabó en una suerte de izquierdismo o anarquismo sin solapa ni insignia fija, la maestra coruñesa no dejó de ser nunca conservadora y católica. Ambos sufrieron el desprecio de la intelectualidad nacionalista gallega. Valle, menos. Porque el mismo Castelao pensó que no era bueno marginar a una figura señera de las letras y, además, rebelde. Aún así, los ortodoxos nacionalistas no quieren ver ni en pintura al genio. Cometió un delito grave para ellos: no escribió en gallego. Pardo Bazán, tampoco. Pero con ella la beligerancia era más asumible: por conservadora y por católica. Y con dinero. El nacionalismo gallego, al revés que el catalán y vasco, siempre se llevó mal con la burguesía opulenta. De ahí que en el País Vasco y en Cataluña los nacionalistas lleven casi toda la democracia gobernando mientras que el nacionalismo gallego tocó el gobierno, de refilón y con notable fracaso, en el cuatrienio que iba a ser revolucionario y se quedó en bailes de salón con la tercera edad y en concursos con Eolo, señor de los vientos según La Odisea, levantándose de su silla. Y voy con ella. Con la odisea. Me guiña el ojo para titular esta columna. Por Kubrick, que filmó con meticulosidad aquella mítica 2001, odisea en el espacio. Y por Emilia Pardo Bazán, que en 2021 está de centenario. Ella también es un espacio magno. Pero, curiosamente, pocos han sabido verlo. La izquierda, menos. Y todo porque señalan, etiquetan, y adiós muy buenas. A nuestra condesa, católica y conservadora reitero, solo le vieron la ideología. Y se equivocaron.

Ahora parece que la izquierda quiere recuperar a Pardo Bazán igual que recuperamos (Galicia hizo más que el resto) Meirás, donde ella edificó alguna de sus obras. Pero en tal actitud evidencian su sectarismo pretérito. Su doctrina: todo lo que no es de izquierdas no tiene cabida en nuestro mundo. Y nuestro mundo es la cultura, por lo tanto, Pardo Bazán se queda fuera. Qué gran error marginar a una feminista auténtica: a principios del siglo XX, cuando muchos socialistas se oponían al voto femenino, ella reclamaba igualdad de derechos para mujeres y hombres. Escritora talentosa, libertina y liberal, luciente en la composición de la prosa, adelantada a su tiempo, y evidenciando que los grandes progresistas -teoría que sostengo- han sido mayoritariamente conservadores. Pero eso no se podía argüir desde la intelectualidad gallega, presumiblemente zurda o nacionalista o ambas cosas a la vez. Estaba prohibido. Ella no era «dos nosos». Como Torrente, Cela y un largo etcétera. En 2021 espero festejar a la condesa. Será una odisea, créanme.