«Las consecuencias de nuestras decisiones en estas navidades las veremos a finales de enero»

Cartas al director
Cartas al director CARTASALDIRECTOR

OPINIÓN

Alejandro García | Efe

29 dic 2020 . Actualizado a las 19:19 h.

«Solo es un café»

«¡Pero si solo es un café!», así fue la última encrucijada a la que me tuve que enfrentar ayer mismo, así son los peligros que se nos presentan en los tiempos que nos ha tocado vivir. Nuestros antepasados podían mirar a sus enemigos a los ojos, nosotros tenemos que ver un poco más allá.

El escenario fue el día de Navidad. Tras mucho debatir accedimos a comer el día 25 con cuatro familiares, en total seríamos seis adultos y dos niños. En principio la reunión se haría de acuerdo a las normas establecidas en Galicia, pero para intentar poner un poco más de seguridad me hice un test de antígeno el día anterior. Todo transcurría con normalidad hasta que nos comunican que han invitado a dos adultos más a tomar café, estos vendrían con sus dos hijos. Yo no sabía qué actividad social habían tenido anteriormente los nuevos comensales y la reunión se iba a producir sin mantener distancia de seguridad, sin mascarillas y sin abrir las ventanas, lo normal en una reunión navideña. La trampa estaba servida.

Por suerte, mi pareja y yo hacemos buen equipo y rápidamente comunicamos nuestra intención de no participar en la reunión, simplemente el riesgo no nos merecía la pena. Lo peor fue enfrentarnos a las miradas de incredulidad y tener que justificarnos: si, efectivamente, uno necesita justificarse por hacer lo correcto, por cumplir las normas, por tener «responsabilidad individual», lo más acertado de la larga lista de desaciertos del Gobierno.

Las consecuencias de nuestras decisiones en estas navidades las veremos a finales de enero, eso lo tenemos todos claro y sin embargo no somos capaces de ver más allá. Si la tercera ola golpea con fuerza el Gobierno se verá obligado a imponer otro confinamiento duro; ya sabemos lo que es, pero lo peor serán las vidas que se irán antes de tiempo por las decisiones de otros. Cuando se pare la economía y tantos negocios tengan que cerrar definitivamente, y muchas familias se vean obligadas a pedir ayudas sociales, de nada servirá que nos acerquemos y les digamos que lo sentimos, que solo era un café. El Gobierno suplicará más ayudas a nuestros socios europeos, que nos seguirán viendo como al último de la clase, y a cambio de las ayudas podrán exigir recortes en gasto público que sufriremos todos; seguramente se traducirá en peor sanidad y peor nivel educativo para nuestros hijos. Por ese café estamos literalmente jugando con el futuro de nuestros hijos.

En estas fiestas aún nos quedan muchas decisiones que tomar, en ellas se verá que tipo de país nos merecemos. Andrés Andrade Varela.