«Hable bien. Sea patriota»

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

Jesus Diges

13 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy hace 20 años, el 13 de diciembre del 2000, le fue entregado a la iniciativa ciudadana Basta Ya el Premio Sajarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia. Con ello se reconocía públicamente el coraje cívico de un grupo de ciudadanos que a pecho descubierto y sin otro arma que el ejercicio de las libertades democráticas jugó durante años un papel fundamental en la lucha contra ETA. La rendición final de los criminales es, de hecho, inexplicable sin la contribución de todos esos hombres y mujeres que arriesgaron la vida plantando cara al estado de excepción decretado por el terrorismo a golpe de pistola y goma 2.

En el discurso con el que Fernando Savater agradeció la concesión de aquel prestigioso galardón, el filósofo vasco, un hombre sin cuyo férreo compromiso en la lucha contra ETA sería inexplicable Basta Ya, habló de la muy estrecha relación entre la violencia terrorista y la existencia de «jóvenes educados en el fanatismo étnico, en el odio a más de la mitad de sus conciudadanos y a todo lo considerado español, jóvenes a quienes se ha imbuido una historia distorsionada y una antropología demencial, que les hace creerse víctimas y los convierte así en verdugos».

Veinte años después de que Fernando Savater pronunciase esas palabras, y ya sin ETA, el adoctrinamiento desde el poder nacionalista continúa, con el claro objetivo que alcanzar un día, por medio de la manipulación sin tregua de las ideas y sentimientos de la población, la independencia que los terroristas no lograron imponer a tiro sucio.

Antes de ayer supimos por la prensa que el llamado Papá Noel vasco, el Olentzero, en la localidad vizcaína de Lejona (ayuntamiento gobernado por el PNV con apoyo socialista), en comandita con su compañera Mari Domingi, habían recriminado con un «tirón de orejas» y con velada amenaza incluida de quedarse sin regalos a los niños que les habían escrito sus cartas en lengua castellana y no en euskera: «No sabemos castellano y hemos de hacer un esfuerzo increíble para entender. A veces no lo conseguimos y nos quedamos sin poder leer [las cartas] y sin enterarnos de vuestros deseos».

Y eso en una sociedad en la que, según datos oficiales de febrero de este año que pueden consultarse en la web de euskadi.eus -el portal de Internet de la Administración autonómica- el 67 % de la población entre 5 y 24 años tiene por lengua materna el castellano y el 13 % el castellano y el euskera, lengua materna, esta última, exclusiva de solo del 20 % de los jóvenes vascos.

En 1942 la Imprenta Sindical de A Coruña publicaba una octavilla con un texto que, cambiando cinco palabras, podrían hoy firmar los partidos independentistas en España: «Hable bien. Sea patriota. No sea bárbaro. Es de cumplido caballero que usted hable nuestro idioma oficial, o sea el castellano. Es ser patriota. Viva España y la disciplina de nuestro idioma cervantino. ¡¡Arriba España!!”. Y es que, hablando de nacionalismos, tanto monta, monta tanto, el español como los secesionistas.