«Los especuladores se forrarán a costa de todos con el agua»

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

Jean Marc Herve Abelard | Efe

14 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Imposible olvidarlo

El pasado mes de noviembre se cumplían 75 años del inicio de los juicios de Núremberg, que permitieron al mundo conocer los crímenes cometidos por el régimen nazi y sentar a algunos de sus responsables en el banquillo. Fue mucho más que un proceso organizado por las potencias vencedoras contra la Alemania vencida. Con todas sus limitaciones, se estableció que hay leyes intrínsecamente injustas y que la obediencia debida no exonera de ciertos crímenes. A partir de esos cimientos se avanzó hacia la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y posteriormente hacia la creación de la Corte Penal Internacional. Considero importante no olvidarlo, menos ahora que estamos a punto de aprobar una ley que permite aplicar la muerte casi a discreción. Valentín Abelenda. Salt (Gerona).

Iguais ante a lei

Din algúns interesados líderes políticos que a lei é igual para todos. E unha interesada líder, tamén política, ademais de corroborar o antes escrito, incluso tivo a ousadía de manifestar que non todos somos iguais ante ela (ante a lei). Algo que, por certo, despois tivo que matizar. Pero calan uns e outros que a interpretación e aplicación da tan aclamada e amada lei en absoluto é a mesma para todos. E, diga o que diga a xustiza, do que non se libra o noso protagonista nin os seus defensores é de ter cometido un ou varios actos de total e taxante indecencia. Manuel Iglesias Nanín. O Carballiño.

La sed ya cotiza en Wall Street

En el 2010 la ONU reconoció el acceso al agua como un derecho esencial inherente a toda persona, debiendo garantizarse su calidad, sostenibilidad y distribución a un precio justo. Sin embargo, este líquido vital ha pasado a formar parte de la salvaje especulación bursátil capitalista en el mercado de futuros, el más agresivo que existe, y que terminará por afectar a su precio. Ocurrió con el trigo y en poco tiempo cuadruplicó su precio, acrecentando las filas del hambre en más de 200 millones de personas. Y que no nos vendan las bondades de su entrada en bolsa. La realidad es que los especuladores se forrarán a costa de todos con un bien imprescindible que, desde su compra a su venta, no sufre ninguna transformación que le añada valor. Se puede vivir sin petróleo o sin oro… pero no sin agua o trigo. Los productos de primera necesidad no deben caer en manos de especuladores. ¿Qué será lo próximo? ¿El aire que respiramos? Miguel Fernández-Palacios. Madrid