Botellones, mejor en familia

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Noc Noc Films

07 dic 2020 . Actualizado a las 10:03 h.

Desde siempre supimos que los mejores botellones son los que se celebran con familia y allegados. Al amparo del hogar. No se pasa frío, no hay temor a la lluvia, la comodidad es mayor y siempre, llegado el momento, hay quien controla el exceso de bebida. Por eso, porque son los ideales, estas Navidades vamos a poder celebrar botellones en todos los hogares españoles gracias a la benevolencia de nuestros mandarines. Llega la hora navideña, nos transformamos en seres más comprensivos y solidarios y este es el resultado.

Hasta ahora no podíamos tomar un café con nuestros padres, si no éramos convivientes; pero hay vía libre para los familiares y allegados que aunque «todos sabemos lo que queremos decir» cuando hablamos de ellos, el ministro Illa nos instruyó que «son aquellos con los que mantenemos un vínculo afectivo y sentimental». Por aclarar, el vecino del quinto, la frutera de la esquina y la plantilla del Gaiteira de Veteranos, a los que dispensamos gran aprecio y simpatía. Claro que, aún así, piden que mantengamos los espacios ventilados, que es lo ideal para una noche de diciembre en Xinzo de Limia, O Cebreiro o Curtis.

La magnanimidad llega al extremo de concedernos viajar a otros territorios, aunque eso sí, solo en los días de fiesta y para visitar familiares. Que se entiende que familiar es la pareja de la hija de la prima segunda de mi padre, que vive en Almería. Así que allá podremos ir. Fiar el «salvar las Navidades» a la responsabilidad individual es no conocer un país que luce más de millón y medio de denuncias por incumplir lo establecido. Desde quien no respeta el toque de queda hasta el hostelero que acumula ocho sanciones. Un ejemplo de cordura y madurez.

Así que después de meses de persecución y amenazas, de confinamiento, de destrozar la hostelería y con medio país tratando de superar depresiones, llega la barra libre. Nunca mejor dicho. Y nos permiten los botellones en familia, para no asumir responsabilidades por temor al descrédito electoral. Si el covid tuviera capacidad de conocimiento se estaría frotando las manos del atracón que se va a meter estas Navidades. Como ya hizo en verano.