Breverías. Historia para mejorar un trago

Doktor Pseudonimus

OPINIÓN

14 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1763 un relojero alemán llamado Johann Jacob Schweppe inventó el agua carbonada. Y poco después en las colonias del Imperio Británico le añadieron quinina. Un agente contra el paludismo que era endémico en esas colonias. Y un sabio cuyo nombre desconozco añadió al brebaje la ginebra. Y desde entonces el invento desplazó a otras bebidas en las barras de los bares elegantes. El relojero se llamaba Jacob. Siempre ocurre igual. Ante cualquier invento siempre acaban apareciendo unos genes judíos.

Herodes y el paro

Galicia y toda España pierden población de modo bien palpable. Por eso sorprende la copla que Miguel Anxo Murado recoge en Otra idea de Galicia. De las madres gallegas dice así: «en cuanto a procrear son tan eminentes/ y tienen tantos niños inocentes/ que si aquí otro Herodes degollara/ bien pudiera empezar mas no acabara». Los tiempos y costumbres han cambiado tan radicalmente que Herodes tendría que cobrar en la lista del paro.

Relecturas

Lo escribió Raimundo Paniker en Diario del anciano averiado. El libro que no merece dos lecturas no merece ninguna. Es cierto. Pero el problema radica en la memoria averiada del anciano. Porque es probable que hayas olvidado donde dejaste el libro después de la primera lectura.

La puerta

Lo escribe Graham Greene en El poder y la gloria. Hay un momento en nuestra infancia en que se abre una puerta que deja entrar el provenir. En la infancia o en la primera juventud. Y por eso resulta tan triste ver a tantos jóvenes que no pueden o no saben encontrar o abrir esa puerta.

Dos minutos con Julio Camba

¿Cómo hacer imaginar el mar a uno de Madrid? Pues muy sencillo. Darle un paseo en barca en el gran estanque del Retiro llevando un percebe en la nariz. ¿Es la merluza de confianza? Completamente. Lleva con nosotros más de tres días.