Iliberales de ayer y de hoy

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

24 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

De un tiempo a esta parte se ha multiplicado el empleo de un adjetivo que en el Diccionario lleva la marca de «poco usado». Se trata de iliberal, formado con liberal y el prefijo in-, que ante l- y r- adopta la forma i-, y significa negación o privación, como en irreal, iletrado o ilegal. Iliberal es, pues, ‘no liberal’.

Un columnista de La Voz escribía hace días que «no somos Polonia o Hungría, regímenes iliberales donde la democracia es una mera fachada». Empleaba iliberal con el sentido con que apareció en 1997 en la revista Foreign Affairs, donde se hablaba de illiberal democracy para referirse a democracias fallidas o de baja calidad. Suelen ponerse como ejemplos de democracias iliberales la Rusia de Putin, Polonia, la Turquía de Erdogan y Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orbán, llegó al poder con el objetivo de crear lo que llamó «un Estado iliberal», lo que ha logrado y que hoy causa dolor de muelas en Bruselas.

El adjetivo que se está usando actualmente parece un préstamo del inglés illiberal, aunque iliberal es palabra vieja en español, que la tomó del latín illiberalis. Los romanos la empleaban con los sentidos de ‘indigno de un hombre libre’ y de ‘avaro, mezquino’. Gaspar Gutiérrez de los Ríos explica en Noticia general para la estimación de las artes (1600): «Otros, a quien Marco Tulio sigue, son de parecer que aquellas artes son liberales adonde ay mayor prudencia, como son la Medicina y Architectura, y aquellas en que la ganancia es honrosa y virtuosa, como es la Agricultura. Y, por el contrario, llaman viles e iliberales a los oficios y artes en que se incurre en odio de las gentes, como son los portazgueros y logreros».

Durante muchos siglos, los liberales fueron solo los que obran con liberalidad, que es la generosidad, el desprendimiento. Y los iliberales, los que actuaban en sentido contrario. En el XIX, los liberales pasaron a ser también quienes profesaban doctrinas favorables a la libertad política. Hasta el XXI no se incorpora al Diccionario una acepción fundamental de liberalismo: «Doctrina política que postula la libertad individual y social en lo político y la iniciativa privada en lo económico y cultural, limitando en estos terrenos la intervención del Estado y de los poderes públicos».

Hoy, como hace 400 años, hay iliberales. Lo que necesitan es una nueva redacción del artículo que les dedica el Diccionario. Entonces podrá retirarse de él la marca de «poco usado»