Accidente ocular con gel hidroalcohólico y su remedio con la placenta

Juan Manuel Tábara EN VIVO

OPINIÓN

INNOVA OCULAR

22 oct 2020 . Actualizado a las 08:45 h.

Los seres vivos necesitamos unas envolturas que nos permitan mantener nuestro medio interno diferenciado del medio exterior. La piel es el órgano de recubrimiento de nuestro organismo, y a nivel del ojo se transforma en unas estructuras especializadas llamadas conjuntiva y córnea. El tejido corneal tiene una doble función: la del recubrimiento (mantener el contenido del globo ocular) y la óptica, permitiendo, conjuntamente con el cristalino, que las imágenes se enfoquen en la retina.

La transparencia será pues indispensable para esta función óptica, y se consigue por estar su superficie continuamente regenerándose: las células más antiguas y superficiales van siendo continuamente reemplazadas por otras más jóvenes. De importancia para mantener su integridad y transparencia es también su gran sensibilidad, que actúa como señal de alarma ante la más mínima agresión.

Por desgracia un tejido tan especializado es mucho más sensible que la piel a los agentes químicos, y el alcohol es uno de ellos. Los geles hidroalcohólicos están compuestos de unos aditivos que hacen que este permanezca más tiempo en contacto con los tejidos.

Lo que es bueno para la desinfección resulta fatal para las células de la superficie corneal que se lesionan y forman una úlcera: Desaparece la capa superficial (epitelio), quedando expuestas capas más profundas que no están preparadas para estar en contacto con el medio ambiente.

Cuando el alcohol actúa el tiempo suficiente, como parece que ha ocurrido en los recientes accidentes, pueden llegar a lesionarse las zonas donde están ubicadas las células madre regeneradoras (limbo corneal), complicando todo el proceso de reepitelización.

En estos casos graves se hace necesario intervenir al paciente para realizar un implante de membrana amniótica. Consiste en un parche de tejido amniótico obtenido de una placenta. Una sola donación de esta tras una cesárea nos permite conseguir múltiples parches que por criopreservación podrán ser utilizados posteriormente durante meses.

Este tejido fetal aporta factores de crecimiento para las células epiteliales, mejorando la reepitelización y disminuyendo la cicatriz por su efecto antiinflamatorio. Y cicatriz en córnea es sinónimo de disminución de visión.

Ha de ser meticulosamente fijado mediante suturas para que permanezca en el ojo el mayor tiempo posible mientras se van recuperando las zonas dañadas.

Por último, recordar que ante cualquier accidente con sustancias químicas en el ojo lo prioritario es lavar profusamente con suero o agua lo antes posible. Algo que en mayor o menor medida está al alcance de nuestras manos.