Si empezásemos a hacer una encuesta a cada uno de nosotros apostando por los contenidos que TVE emitirá esta Navidad no nos haríamos ninguno rico porque acertaríamos de pleno. Cuando ya se están programando las fiestas más tristes en un año aciago, con las casas más vacías que nunca, a la pública, no se lo pierdan, le ha dado por hacer lo de siempre: más Raphael, más Telepasión (el nombre no puede ser más rancio ya), más José Mota y más de lo mismo. Así que en estas circunstancias en que ya no está la cosa animada se hubiera agradecido que alguien le echara un poco de ganas, de imaginación, y no nos repitiesen el mismo plato frío de todas las Navidades. Solo se les ha ocurrido, como ya viene siendo habitual últimamente, emitir Masterchef Junior para que los niños, que han hecho este 2020, más bizcochos que en toda su vida, se pongan de nuevo el delantal. TVE debería hacérselo mirar si quiere que la gente la sintonice un poquito cuando el encierro en los hogares se ve venir. Pero ni en Navidad, en que el discurso del rey nos va a dividir aún más, tendremos manera de que la familia se ponga de acuerdo con esta oferta tan suculenta que nos ponen año tras año. Siguiendo el esquema de los ochenta, no me extraña que haya cada vez más gente enganchada al show de Rosito y sus tentaciones. En la tele de siempre hay poco que ver.