750 dólares, un debate y una advertencia

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

BRIAN SNYDER | Reuters

02 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace años la cifra en dólares no diría la verdadera dimensión de la estafa. Desde el euro bien sabemos su valor: Menos que el salario mínimo interprofesional español. Con esos pagos a lo público no es difícil que se precise destruir el Obamacare. Un programa de ayuda pública americano que apenas da soporte con unos mínimos de asistencia sanitaria a los necesitados. Si ustedes tienen edad suficiente, o sus clases de historia alcanzaron hasta el segundo plan de desarrollo del franquismo, podrían compararlo con la labor de aquella beneficencia propia, antes de que en 1987 Ernest Lluch estableciera la sanidad universal.

Sucede con la descubierta de los impuestos pagados por Donald Trump, esos ominosos 750 dólares anuales, lo mismo que sucede con aquellos gobernantes que hacen dumping fiscal en sus territorios. Al parecer, ni Trump ni los gobernantes madrileños necesitan de la solidaridad de los impuestos para sobrevivir. Aquel empresario triunfador era apenas un heredero privilegiado, incapaz de gestionar sus empresas e inversiones. Un Trump de 750 dólares que desvanece la imagen del triunfador a la americana, que atrajo a tanto voto confiado y que, con tres millones menos de votos que Clinton, lograba la cartela presidencial.

750 dólares en impuestos que explican por qué Donald Trump adivina y agita el fraude electoral en el voto por correo, una agencia de correos con dependencia presidencial, para no aceptar una transición pacífica si pierde las elecciones de noviembre. Porque de perderlas podría enfrentarse a acusaciones por fraude bancario y fiscal.

De ahí ese llamamiento a la extrema derecha y a sus votantes, forzado por las preguntas del moderador, en el primer debate de ayer, negándose a decirles al supremacismo blanco y sus milicias que abandonen la violencia: «¿A quién quieres que condene?... Proud Boys, dad un paso atrás y quedad a la espera. Pero dejadme decir que alguien tiene que hacer algo con los antifascistas y la izquierda, porque este no es un problema de derechas». Y sientan curiosidad por saber de los Proud Boys, a quienes el FBI considera la principal amenaza nacional. Pueden aparecer por aquí.

De todo ello nos advierten, también de las debilidades de los demócratas y las de su candidato Biden, personas civiles que luchan por la democracia. Visiten a Don Winslow, visítenlo siempre, pero recientemente en su relato La última carretera, en la frontera entre EE.UU. y México donde vive, con un protagonista votante de Donald Trump en el 2016 que cambia de opinión cuando se enfrenta a la realidad que vive otra persona: ver a una niña migrante encerrada en una jaula.

Busquen la opinión, la reflexión y el activismo civil de Don Winslow, pero lean también a Thomas L. Friedman, columnista del New York Times: «No puedo decir esto con más claridad: nuestra democracia está en un peligro terrible, más del que ha estado nunca». «Vote por Biden, hágalo por correo si lo necesita, pero si puede, por favor, póngase una máscara y hágalo en persona». Estremecedor, pero necesario. También para nosotros.