A historia xulgará

Cartas al director
Cartas al director CARTAS AL DIRECTOR

OPINIÓN

Eduardo Pérez

04 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

 

 Un caso de amaños en una comunidad de propietarios

Los problemas que afectan a las comunidades de propietarios no dejan indiferente a nadie, sobre todo cuando no se tiene el respaldo de la agencia de la propiedad que lleva las cuentas. En nuestro caso, este problema nos ha obligado a ponernos en contacto con el Ayuntamiento para informar de una serie de incidencias, irregularidades y cobros indebidos -a mi parecer- por parte de la gestoría. ¿Por qué? Porque venimos percibiendo de manera regular situaciones irregulares desde hace años: facturas infladas, obras que encarecían sus presupuestos en el precio final pero nunca en el aprobado. En esta última ocasión un arquitecto realizó un estudio para proceder a la instalación de ascensores en los edificios, ahora la gestoría lo ha expulsado y él reclama el 20 % de lo presupuestado. Habrá que pagarle 5.000 euros «por nada». Mientras, las cuentas de la comunidad han sido, en mi opinión, «saqueadas» entre la gestoría y el arquitecto, que ha extorsionado deliberadamente a una comunidad de ancianos. Porque estos no tienen conocimientos técnicos, y él al verse expulsado por cometer supuestas irregularidades ha amenazado que demandaría a la comunidad si no le concedían todo el proyecto. La gestoría ha presionado para que se le expulsara y así poner a su arquitecto, en lo que parece un caso de amaños, y prevaricación. Pablo Fernández. A Coruña.

Negocien!

O Goberno do país está a negociar coas distintas forzas políticas do arco parlamentario os presupostos que se en condicións normais sempre son importantes, o son moito máis na actual situación dunha crise económica e social tan grave derivada da pandemia. Non é momento de sacar peito con exclusións para a negociación. Nin de buscar razóns para non chegar a acordos que tantos cidadáns necesitan, xa que moitas veces estamos a falar de verdadeiras situacións de mera subsistencia. Non é momento de sinalar liñas vermellas. É responsabilidade de todos non situar ás diverxencias, as distintas opinións, como o muro infranqueable a calquera tipo de negociación. Todos deben aprender a ceder e teñen a obriga de procurar medidas que traten de sacar a cidadanía, sobre todo a máis necesitada, dunha situación dramática que de momento non ten visos de desaparecer, senón máis ben de aumentar. A historia xulgará con toda crueza a aqueles que non foron capaces de superar personalismos, aversións ou ideas inamovibles nun momento tan complicado. Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro.

  La okupación y las «no medidas»

La causa de que se esté juzgando públicamente la okupación tiene que ver con el tratamiento que se le da a una situación sistémica y no anecdótica o puntual. Como la okupación no es un caso aislado ha generado el interés de los medios de comunicación en las últimas semanas, en los últimos meses. Hay personas que deciden entrar en propiedades ajenas con el objetivo de vivir en ellas. Esta decisión ocurre cuando el Gobierno no aplica políticas que faciliten encontrar hogar a quienes no lo tienen. Y sí, es cierto, probablemente se puedan encontrar casos anecdóticos, no significativos a nivel estadístico que refuten la última idea expuesta. Pero, al final, hay que afrontar que la okupación es un problema de incentivos. Si no tienes hogar, enfrentarte a algunos vecinos enfadados y a la acción de la ley, no suponen un revulsivo lo suficientemente fuerte en comparación con el hecho de no tener un techo bajo el que cobijarse. Por este mismo motivo, un endurecimiento de la legislación sería una medida paliativa, pero no solucionaría el problema per se. Este está relacionado con el aumento de gente sin hogar, lo que se vincula a su vez por el uso turístico de pisos y casas. La okupación se ha incrementado durante la pandemia por el incremento de la pobreza sistémica de las familias. Por todos estos motivos, la solución, no solo más humana, sino más eficaz, sería atajar los hechos que provocan la okupación de raíz, y no atacar los síntomas con más dureza. Dicho con un ejemplo muy simple: cuando te rompes un dedo, la solución no pasa por tomar calmantes cada vez más potentes que sí puedan producir cierto alivio. El único camino sostenible a largo plazo pasa por colocar una escayola. Carlota Noguerol.