La unidad hay que buscarla

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Mariscal

02 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se ha puesto de moda lo de la unidad, el diálogo social y el acuerdo. En menos de veinticuatro horas los presidentes del Gobierno y de la Xunta, apelaron al pacto para afrontar los malos tiempos que se nos avecinan en todos los órdenes de nuestras vidas. Y se han abierto a alianzas por el bien de la comunidad, aunque únicamente en determinados asuntos, porque en la mayoría mantienen el enfrentamiento y la disputa.

 Pedro Sánchez se presentó ante la gran empresa española llevando consigo lo de «España puede» que queda muy bien como eslogan. También nos quedó muy lucido aquel otro de «Este virus lo paramos unidos» y ya vemos el resultado que nos dio. Lideramos las estadísticas europeas y vamos camino de batir récords estratosféricos. Y Núñez Feijoo se refirió ayer mismo, en su discurso de investidura, al diálogo social con el que hacer frente a lo que está por venir que, según dijo, «es durísimo». Feijoo hizo un llamamiento a la unidad para la constitución de la mesa del diálogo social como primera medida con la que cerrar un pacto de reactivación que aborde iniciativas económicas y sanitarias. 

Hace tiempo que los españoles imploramos diálogo, acuerdos y pactos, a nuestros mandarines. Y siguen sin escucharnos. Pero, sin embargo, de vez en cuando son ellos los que apelan a la unidad como quien pide un maná que caiga del cielo sin que nadie mueva un dedo. Solo con ansiarlo. La unidad hay que desearla; buscarla; negociarla, trabajarla y lograrla. Y una vez que se tenga, es necesario cuidarla. Pero nada de eso se hace. Por una parte se rechazan acuerdos para un pacto de reconstrucción estatal y por otra se piden ayuda en los autonómicos. Por una parte pasan meses y meses sin tan siquiera llamarse o verse las caras y por otra se sorprenden de que no les echen una mano cuando se les pide.

Decía el filósofo Thomas Carlyle que la unidad «solo es posible en un mundo de hombres sinceros». Y lo mismo aquí el problema que tenemos es que no son sinceros. Y, aunque de vez en cuando llaman a la unidad es porque queda muy bien y les da un aire muy negociador, muy conciliador y muy democrático.