¿Nuestra ciudad está preparada para la nueva movilidad urbana? Creo que no

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OPINIÓN

31 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva movilidad urbana en Vigo

Llevamos una temporada oyendo hablar de la nueva movilidad urbana, con el auge de motos, bicicletas y patinetes eléctricos, y toca replantearse si vivimos en una ciudad preparada para esa nueva etapa. Para comprobarlo, me gustaría que los ciudadanos recorriesen sus calles habituales, y se fijasen en el estado del asfalto. No solemos pensar en ello porque, en un vehículo grande no se nota, pero con los de la nueva movilidad, la sensación es bien distinta. En Vigo, el estado del asfalto impide notablemente el uso de esos nuevos vehículos. Un recorrido por el entorno del Náutico, Marqués de Valladares con su peculiar firme (donde entras con un patinete, y sales con un conjunto de tornillos), García Barbón, Rosalía de Castro... Todas ellas repletas de rebacheos y tapas de alcantarillas que convierten la nueva movilidad en la vieja pesadilla. Luego vienen averías y destrozos, porque en vez de circular, uno va dando botes bien sonoros, que dan la impresión de querer convertir los vehículos en las piezas de un juego de montaje para niños. Está muy bien la Navidad, las lucecitas y toda la fanfarria estival. Pero luego, circular por algunas calles de Vigo supone una nueva modalidad de tortura mecánica. Quizás deberíamos replantearnos las prioridades, señores del Concello. Así no vamos a ninguna parte. Bueno, sí: al taller. Alejandro Martínez Nieto. Vigo.

La falta de colaboración

En las organizaciones en general, sean políticas, empresariales o religiosas, donde muchas veces lo que prima es la lucha interna por el poder en vez de su utilidad social, lo que se impone, ante cualquier problema, es la búsqueda de culpables y no de soluciones. Con el problema del covid-19 en España, la búsqueda permanente de culpables y el y tú más en todo aquello que sea más negativo es muy insistente y cansino para la mayoría de las personas. Sin embargo, la búsqueda de soluciones es muy laxa, casi imperceptible y, en muchos casos, errónea. Lo primero, exige mucha doctrina partidaria y ambición, atributos ambos muy abundantes en el suelo patrio. Lo segundo, rigor y generosidad, algo que lamentablemente escasea bastante. El ciudadano medio cada vez entiende menos la falta de colaboración, incluso aunque fuese crítica, entre las distintas instancias y partidos políticos, que en el fondo revela una lucha partidaria sin cuartel como primer, y yo diría fundamental, objetivo. El problema sanitario, social y económico que se cierne sobre la vida de los españoles a corto plazo solo se puede afrontar con una sincera y honesta colaboración que se plasme en acuerdos. Acuerdos que deben tener un sujeto fundamental: las necesidades y el bienestar de la mayoría, no el mejor o peor posicionamiento en las encuestas con las que se nos suele obsequiar periódicamente. Horacio Torvisco. Fuenlabrada.