«El empleo de mascarillas es importante y necesario»

Cartas al director
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OPINIÓN

Xinhua vía Europa Press

21 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Manifestaciones de soberbia pandémica

Cuando el sentimiento de valoración que tenemos de uno mismo lo situamos por encima del de los demás, el diccionario define dicho sentimiento con el concepto de soberbia. Ese sentimiento donde las ideas propias prevalecen, menospreciando las ajenas, me incómoda profundamente. Porque puedo comprender la rabia y la impotencia exagerada de personas sometidas a tanto tiempo de contrariedad, puedo aceptar la rebeldía mental y la correspondiente controversia que hayan podido ocasionar a veces los medios sobre la veracidad, gestión, actuación, etcétera, respecto a la objetividad de criterios a seguir en esta pandemia.

Pero no puedo admitir que personas soberbias manifiesten su rebeldía justamente no obedeciendo conductas ni normas establecidas, si con su actitud, pensamiento o ideología perjudican claramente la salud y la vida de muchas otras.

El empleo de mascarillas es importante y necesario, no para protegerse de un posible contagio, sino para proteger también a los demás en caso de que seas positivo en covid o asintomático. Tenemos datos científicos que confirman su origen viral, la secuencia de su genoma, pero sobre todo tenemos millones de fallecidos que portaban dicho virus.

Tratando de inyectarme sobredosis de empatía y de mantener el cerebro aséptico de imágenes combatiendo diariamente en los hospitales contra dicho huésped, quise y quiero tratar de entender los motivos que justifican las ultimas concentraciones del 16-A, pero, como decía Salomón: «donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría». Y prefiero apostar por la credibilidad que la investigación, la ciencia y el sentido común tanto nos aportan.

Prudencia, medidas de seguridad recomendadas y humildad, mucha humildad. Sonia Viéitez (trabajadora del Complejo Universitario A Coruña-CHUAC, adscrita al servicio de Hematología).

La okupación de inmuebles, una burla

Imaginemos que oímos el siguiente anuncio comercial: «Qué tranquilidad desde que contratamos con la empresa X para evitar que secuestren a nuestros hijos a la salida de casa»; o «...para evitar que me atraquen a la salida del banco»; o «...para evitar que no me roben el coche cuando lo aparco en mi garaje»; etcétera. Todo ello reflejaría que nos encontramos en una situación tan amenazante, que tendríamos que contratar a empresas privadas para que se nos garantizase el disfrute pacífico de nuestros derechos. O lo que es lo mismo, que viviríamos en un país con un estado de derecho fallido que no garantizaría a los ciudadanos el uso de todos sus derechos; lo que obviamente desembocaría en la enorme injusticia de que los únicos capacitados realmente para usar y disfrutar de sus derechos serían quienes pudieran permitirse tales gastos. Pues bien, algo no muy diferente nos está sucediendo ya y lo vamos asimilando con preocupante aceptación. Se trata de la okupación de inmuebles; y con el agravante de que es la propia ley la que ampara a los okupas debido a un supuesto acto de misericordia... con los bienes ajenos. Y para rematar la injusticia del asunto, quienes más padecen tan misericordiosa burla perfectamente regulada son las sufridas clases medias: el sector social más machacado por los impuestos. Fascinante. Miguel Ángel Loma Pérez. Sevilla.

La mitad de la población actual

Estos días hemos conocido un estudio de la Universidad de Washington que pronostica que en el 2100 España tendrá la mitad de su población actual. Nuestra tasa de natalidad es la segunda más baja de Europa y nuestra esperanza de vida es una de las más altas del mundo. Nuestra forma de entender la sociedad del bienestar está generando una serie de disfunciones que hay que afrontar de forma urgente para garantizar, incluso, la viabilidad del sistema. Jesús Martínez Madrid. Gerona.