Perder el norte

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

15 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En estos difíciles tiempos de pandemias persistentes, de brotes y rebrotes, de virus agazapados al otro lado de las mascarillas, perder el norte es, como diría el olvidado Cela, perder la perspectiva, mirar para otro lado, no viajar a esta esquina del mundo, desandar caminos jacobeos, caminar por los filos de la navaja del miedo, que son estérilmente contagiosos.

Somos el norte y no queremos perderlo, necesitamos por mandato vital reencontrarlo en las noches apacibles, serenas, paseando con la brisa furtiva junto al malecón con toda la mar de frente; buscarlo por «combaros e corredoiras», escuchar el norte en el canto fluvial del país de los mil ríos, mojarnos, empaparnos con el chubasco manso del país de la lluvia, hacer girar la rosa de los vientos hasta hacerla coincidir con el nordés o el dulce viento del sur.

Es encontrar el paisaje definitivo, la foto fija de la niñez, el eco amable de la palabra madre, es festejar agosto como si nunca hubiera un mañana, mientras en un cielo virtual de juguetes prohibidos estallan rumbosos los cohetes de las fiestas y dejan su olor a pólvora por el valle.

Perder el norte es perder nuestra identidad de pueblo, silenciar la voz de las sobremesas -«quedan prohibidas las reuniones familiares de mas de diez personas no convivientes»-, las canciones que nos obligan a olvidar y que han hilvanado la banda sonora de nuestras vidas.

Es construir un mundo de silencios levantando la muralla de los miedos que cerca todos los temores cotidianos.

Para no perder el norte hay que recuperarlo, reconquistarlo, saborearlo en su gastronomía popular, beberlo en sus tabernas marineras o campesinas, pasearlo en sus alamedas urbanas, echarlo de menos desde lejanías impuestas; volver al norte en un abrazo virtual e inexistente, escuchar sus latidos y sentir sus emociones de norte encontrado, de país habitable, de retornos y compromisos. Y así, pese al verano vírico que nos asola y entristece, habremos por fin encontrado el norte. Para no perderlo.