Circo, balón y redes sociales

OPINIÓN

Marcos Míguez

24 jul 2020 . Actualizado a las 08:56 h.

No es habitual que un incendio en redes sociales dure varios días. Pero las llamas del causado por la Liga de Fútbol Profesional y el Fuenlabrada no se apagan, sino que se avivan. Y lo hacen con justicia. La falcatruada, jugar con la salud pública de mucha gente en tiempos del coronavirus y adulterar una competición, es tan gorda que no puede quedar impune.

Hay unos hechos probados que no admiten discusión: se viajó con infectados por covid, se intentó tapar lo sucedido y se tomó una decisión arbitraria, solo suspender el partido del Dépor. Pero el debate en Twitter y otras plataformas es intenso. Y por momentos ridículo. Los perjudicados esgrimen argumentos y armas legales. Los otros, los perpetradores, han recurrido al trumpismo, a la maquinaria del fango, a intentar desacreditar al agraviado con supuestos pecados de decenas de años atrás, cuando ni siquiera teníamos Internet o jornadas simultáneas. Y a buscar, en el mundo digital y en el circo televisivo-deportivo, voces interesadas que defiendan lo indefendible, se olviden de las vigas en el ojo propio y señalen las pajas en el ajeno. ¿Las han encontrado? Por supuesto. Pero me temo que no les llega. Cualquier día acabarán recurriendo a bots y algoritmos para propagar con mucho alboroto lo que parecen, simplemente, burdas mentiras.