¿Dónde queda ahora el Galicia, Galicia, Galicia?

María Pereira López PROFESORA DE CIENCIA POLÍTICA Y DE LA ADMINISTRACIÓN EN LA USC. MIEMBRO DEL EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS

OPINIÓN

19 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El 18 de octubre de 1997, un día antes de que tuvieran lugar las elecciones gallegas de aquel año, que tanto se han comparado con las del pasado domingo, Manuel Fraga, candidato del PP a la Xunta de Galicia, publicaba en un periódico de la capital de España un artículo que bajo el título Galicia ante el Siglo XXI describía en qué condiciones enfrentaba Galicia la salida del siglo XX y cómo auguraba nuestra entrada en este siglo.

Para alguien de la generación de Fraga, que había vivido la transición de la Galicia de as zocas a la Galicia del Xacobeo, los cambios habían sido definitivos y definitorios, y anunciaban una Galicia que lideraría el eje atlántico occidental de Europa.

Fraga veía a Galicia, y me permitirán que cite sus palabras exactas, como «la región que alcanzará las mayores cotas de inversión pública por habitante», una inversión orientada fundamentalmente al «bienestar social y a la calidad de vida» de los gallegos; hablaba de la «nueva e inteligente» política de la Xunta que procuraba empleo a través del turismo; de que seríamos «la región española con un mayor crecimiento de sus exportaciones», que experimentaríamos «un crecimiento espectacular en inversiones extranjeras»; y sobre todo señalaba que nuestros jóvenes encontrarían, fruto de estas políticas, un trabajo «digno y estable» en su tierra y recuperarían la fe en el futuro.

Todos hemos reparado en cuánto se parecen estas elecciones a aquellas en los resultados, en el ascenso del nacionalismo, en el fracaso del PSOE o en el éxito de Feijoo; pero, ¿y ahora qué? Hartos de que los políticos se miren el ombligo y nos cuenten cuánto se parecen ellos a ellos mismos, ¿dónde queda ahora el Galicia, Galicia, Galicia?

Porque donde más se parece aquella situación a esta es que los sueños, las ilusiones o las fantasías de Fraga siguen siendo las mismas ahora que entonces; porque, después de tantos años de gobiernos populares, Feijoo nos hará un discurso de toma de posesión perfectamente homologable a aquel artículo de Fraga y nos quedaremos todos y todas tan anchos. Los unos presumiendo de una Galicia que «avanza todos los días» pero sigue igual en el tiempo; los más, esperando que un día llegue alguien que de verdad cumpla las promesas que hace y sitúe a Galicia en las condiciones que Fraga señalaba en dicho artículo.

Y lo peor es que ya no se nos abren las carnes cuando vemos que nuestros jóvenes tienen que ir a buscarse la vida por ahí adelante, porque forma parte del relato de la globalización; ni cuando nos dan cita médica para dentro de cinco meses, porque la inmediatez ya no forma parte de nuestras aspiraciones sanitarias… ¿La mayor inversión pública en bienestar social y calidad de vida? ¿En qué estaría pensando Fraga?