Cultura: el día después

José Mª Álvarez de Lara AL DÍA

OPINIÓN

Marton Monus

24 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

L a cultura también ha sufrido los estragos de la pandemia. Un sector que representa un 3 % del PIB, un 4 % del empleo ha tenido que cerrar sus 1.600 teatros, 1.500 museos, las más de 3.500 salas de cine, los 17.000 monumentos, las 6.700 bibliotecas, así como todo tipo de festivales han cerrado sus puertas. Afortunadamente, el virus no ha mermado la creatividad bien al contrario: ha despertado un sinfín de propuestas adaptadas a la situación de confinamiento. Si bien la oferta y el consumo cultural virtual han alcanzado cuotas desconocidas hasta ahora, el consumo presencial ha desaparecido por completo.

Las visitas virtuales a museos nacionales e internacionales han alcanzado tasas vertiginosas lo mismo que la oferta cultural en música, conferencias y todo tipo de actividades que podían realizar desde un lugar cerrado y transmitido por la red. ¿Una vez pasado el punto álgido de la crisis nos podemos preguntar «¿y ahora qué?» ¿Qué será el día después? Las actividades presenciales tales como cine, teatro, conciertos, festivales, museos y exposiciones podrán reanudarse con unas estrictas medidas para garantizar el covid free pero el temor al contagio perdurará durante algún tiempo. Obviamente, la financiación del sector cultural será de nuevo el orden del día. El sector se financia de tres formas: el dinero público proviniendo de los impuestos de los ciudadanos, los patrocinios y el mecenazgo y las aportaciones de los consumidores en unas proporciones distintas según el sector.

Las administraciones publicas a todos los niveles desde los ayuntamientos hasta las comunidades, el estado y los organismos europeos tendrán unas prioridades derivadas de la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas. Las empresas estarán preocupadas por la recuperación de sus actividades y por generar beneficios. El sector cultural tendrá que ser muy convincente para obtener patrocinios y mecenazgo. Urge aún más la adopción de una ley de mecenazgo tantas veces anunciada, retrasada y olvidada.

Los consumidores cuyos hábitos de consumo habrán cambiado con una oferta virtual considerable y gratis pagando solo a los llamados «señores del aire» deberán encontrar incentivos para volver a un consumo presencial seguro y admitir un consumo virtual de pago. Combinar consumo gratis y de pago con ofertas de tipo prémium será todo un reto para el sector. Buscar fórmulas combinando virtual y presencial será otro reto.

La cultura se enfrenta a un día después lleno de incógnitas y riesgos que superará asociando las administraciones públicas, las empresas y los consumidores. ¿Apostamos que todos saldrán ganando?