Cartas al director: El honor de la Guardia Civil

La Guardia Civil ni se compra ni se vende

El ciudadano medio se sorprende con lo que últimamente ocurre en nuestro país. Nuestros dichos, nuestras coplas, siempre certeros, nos marcan el proceder. «Ni se compra, ni se vende, el cariño verdadero». Eso es lo que le pasa a la Guardia Civil, «ni se compra ni se vende» su honor, tantas veces patentado. Se equivoca el Gobierno indisponiéndose con la Benemérita. Es de las instituciones más valoradas. Como dijera un representante sindical del instituto: «no hay oro en el mundo para comprar nuestro honor». La sospechosa coincidencia de la justa y necesaria equiparación salarial con la desafortunada injerencia del que fuera azote de terroristas, juez Marlaska, ahora ministro del Interior, no tiene justificación. No se debe olvidar la intachable hoja de servicios del coronel Pérez de los Cobo. Él sabe a la organización a la que pertenece y su único fin: servir a España como cuerpo imparcial y neutral. Aquí no cabe «purga», pues precisamente el honor reside en guardar y hacer guardar la ley. José Ángel Passolas. Santander.

 

Toros en el Congreso

Demasiado tranquila estaba la plaza una tarde de corrida que aventuraba la salida a hombros por la puerta grande del diestro madrileño Iglesias, después de preciosas chicuelinas y gaoneras a una brava hembra de nombre Marquesa, con peligrosa embestida al honor paterno del diestro que, protegiéndose momentáneamente en el burladero, desmiente mansedad y recupera la gallardía del pueblo. Y, ¡sale de nuevo al ruedo entre vítores de Podemos y el abucheo popular!, y, con una estocada, claramente desviada a la derecha, pero, centrada perfectamente en los Juzgados de Plaza Castilla, da con la becerra en la arena con la impresión generalizada de que se trataba más de una becerra mansa que de una zaina vaca bragada, representante insigne en la noble plaza de Madrid. Entre medias de la clamorosa pañuelada, solicitada insistentemente a la presidenta de la plaza para que se rematara la faena allí mismo y no en el juzgado de guardia, esta sufre la presión de un entregado tendido y le echa un capote invitándola a retirar traidoras cornadas que podrían precipitar que el maestro Iglesias se cortase en directo la coleta. En fin, tarde de toros soleada que prometía toreo elegante y se quedó en becerrada española a la espera del regreso del maestro Sánchez que toreará en solitario 16 toros de la ganadería popular y 23 de la brava ganadería Vox en una tarde que se prevé memorable. Luis Cabaneiro. Lugo.

  

Irresponsables

Son poucos, mais fan moito ruído. Están en tódolos guisos. Aproveitan as distintas fases de «desescalada» do estado de alarma, para sentirse no seu prebe. Fixérono cos nenos, cando puideron saír unha horas ao día, permitindo partidiños de fútbol nos parques. Fixérono, cando se permitiu saír facer deporte aos adultos. Fixérono, cando permitiron abrir as terrazas, eufóricos coas primeiras cañas. Fixérono, coa obriga do uso das máscaras. Impórtalles tres patacóns que a maioría cumpra coas normas. Eles van ao seu tema. Algúns, como moito, lévanas a xeito de babeiro. En fin, foron o últimos en acatar as recomendacións sanitarias, para evitar que este veleno se seguira espallando polo mundo e os primeiros en romper a disciplina das normas. Non aprendemos Insolidarios. Manuel Piñón. Ferrol


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