Cartas al director: Murió en el trabajo

La muerte le llegó trabajando entre animales

La muerte le llegó trabajando entre animales Jueves 28 de mayo. Un día negro y muy triste para los que nos dedicamos a la sanidad animal. Un día en el que un compañero perdió la vida en acto de servicio. No lo conocía, solo sé que era un trabajador padre de familia. Un trabajador nato, porque, herido de muerte, completó la actuación sanitaria que tenía encomendada y acabó su trabajo. Me entran escalofríos solo de pensarlo. Trabajaba en las campañas de saneamiento ganadero, una actividad muy importante, pero cuestionada y maltratada por no pocos ganaderos y, aún peor, por demasiados veterinarios. La ignorancia es muy atrevida. Trabajar con animales que se comportan imprevisiblemente es arriesgado. Muy arriesgado. Y si le añadimos otros factores exógenos, tenemos la tormenta perfecta: la presión de la empresa para la que se trabaja, el tener que actuar en solitario por criterios de supuesta eficiencia y eficacia, el tener que trabajar en tiempos de pandemia y en pleno estado de alarma con todas las limitaciones que eso implica, la exigencia de medir el grosor de la piel del animal antes y después de completar la prueba sanitaria, aunque muchas veces sea prescindible… Yo te tendré siempre presente, compañero. Un fuerte abrazo para tu familia y tus amigos. ¡Qué pena no haberte conocido! Alberto López.

  Triste «déjà vu»

Las calles de EE.UU. y las redes de medio mundo arden tras el último caso de abuso policial en EE.UU.: la muerte de George Floyd tras recibir una intensa presión en su cuello durante varios minutos. El caso se hace viral tras salir a luz pública unas imágenes dónde se puede ver y escuchar como el hombre, en varias ocasiones, afirma que no puede respirar. Figuras conocidas como LeBron James reaccionan a lo sucedido y en las calles de Minneapolis, donde falleció Floyd, las protestas y altercados se suceden. Parece que George Floyd fue detenido por intentar pagar con un billete falso de 20 dólares. Era guardia de seguridad y tenía una hija de 6 años. La historia se repite... «iba desarmado», «solo era un niño», «estaba en su propio barrio, no hacía nada malo»... Las calles se vuelven a prender y la indignación se vuelve a apoderar de la población. Este no ha sido el primer caso de violencia policial que hace obvio que el racismo sigue demasiado presente en la sociedad blanca y, desgraciadamente, parece probable que no sea el último. Carmen García. A Coruña.

  ¿Mascarilla de un solo uso?

A pesar de la obligatoriedad de usar mascarilla por la calle si no es posible mantener la distancia de seguridad, muchos la incumplen. Y los que la llevan, la portan en el codo cual pequeño bolso, sobre la cabeza cual gorrete de payaso, en la garganta cual bufanda, en la frente cual cuerno de unicornio, en la barbilla cual barba blanca, en la oreja cual gran pendiente, en la nariz cual gran apéndice, sobre el pecho a modo de babero y, los menos, hasta la utilizan adecuadamente. Pero, incluso dentro de esa enorme variedad de acarreos, hay algo que las conecta: llevan a sus espaldas más horas extras que Papá Noel en Navidades. Lógico, ¿por qué quién está sobrado de dinero para andar cambiando de mascarilla cada cuatro u ocho horas? Y aunque los más hacendosos las pulvericen con aerosoles de alcohol, la inmensa mayoría se las quita, las cuelga y… hasta el día siguiente. ¿Podría, este uso mucho más allá del límite fijado y en partes del cuerpo inadecuadas, hacer que el virus se propague con mayor facilidad? Miguel Fernández. Madrid.

El mundo post-coronavirus

La pandemia del covid-19 afectó a los pilares de la globalización por su gran impacto sanitario, económico, social y político. Esta emergencia sanitaria global puso en evidencia para muchos países, el riesgo que supone tener una gran dependencia externa de proveedores. Se hace necesario que las grandes políticas de los estados contemplen el fortalecimiento de sus sistemas sanitarios y promuevan siempre a nivel poblacional un uso racional e inteligente de sus servicios de salud. Y debemos ser optimistas, afrontando esta crisis como una oportunidad para diseñar una mutación de la globalización, con más peso en lo social, cultural y medioambiental sobre lo político y económico. Antonio asensi. Betanzos.


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