Cartas al director: Contemos a los muertos

Por séptima vez, se cambia el recuento de fallecidos

El Gobierno nos vuelve a sorprender con una nueva metodología a la hora de contar los fallecimientos por la crisis sanitaria. Parece que es un tema delicado y muy complejo. Cualquiera podría pensar que especialistas en el manejo de datos como el INE podrían llevar a buen puerto esta labor, pero no, no deben estar preparados.

Desde que se produjo el incremento de muertes por calor en el 2008 en Europa, se creó una organización que no está influida por los Gobiernos de cada país, para contar con el número de muertos por exceso que se producen cada día. Esto es, facilita la información de fallecimientos totales por todas las causas en una ciudad, provincia, región o país y le resta de ese mismo período los muertos que se producen en esas localidades producidos de media histórica. Es decir, refleja el incremento de fallecimientos debidos a causas extraordinarias y en este caso que nos atañe al coronavirus. Este organismo se denomina MoMo. Obtiene la información sobre mortalidad diaria del Registro General de Registros Civiles y Notariados del Ministerio de Justicia. La información no está manipulada pues son los registros civiles y notariales los que envían los datos informatizados directamente.

El MoMo presenta la información con dos días de retraso normalmente, los fines de semana tardan un poco mas. A día de hoy se pueden ver los datos del período que abarca desde el 17 de marzo al día 22 de mayo. Se observa un 55 % de muertes en exceso, 43.034 fallecimientos que no se producen en un año típico o medio. Los muertos que anuncia diariamente el Gobierno para el día 27 de mayo son 27.118 personas. Al menos una diferencia de 15.917 menos que el MoMo. ¿Habría que corregir variables como los muertos por otras dolencias que no acudieron a los médicos?. Nunca sabremos los muertos reales por esta crisis. Pero de esta también saldremos. Antonio Araújo. Vigo.

Economía y educación

Esta pandemia ha dejado claro es que la salud es lo más importante que tenemos. Sin embargo hemos de fijarnos en la economía y hay un punto concreto del que debemos de tomar nota: esta ciencia es uno de los pilares en los que hoy en día se sostiene el mundo, por eso es fundamental que esté presente en la educación. He leído con estupor y enfado que parece que hay una «brillante» idea de eliminarla de la ESO. Es necesario que desde adolescentes, nuestros hijos y nietos empiecen a tener ideas sobre qué son los impuestos y para qué se utilizan, la economía familiar, el paro, las pymes, el PIB, etcétera. Honestamente creo que para «andar por la vida» la asignatura de Economía en la ESO debería de ser obligatoria. Que a alguna cabeza pensante se le ocurra solo la «feliz idea» de suprimirla de los colegios me parece un error gravísimo y garrafal. Jorge Casanova Barcia. Ferrol.


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