Cartas al director: «¡Menos deberes! Nuestros hijos no son unos autómatas programables»
OPINIÓN

O confinamento e a verdade
Como poderiamos entender que este país, coa maior taxa de contaxiados do mundo e co maior número de sanitarios contaxiados, queira pasar por ser un dos que están na «gama alta de resolucións»; ou que a incerteza nas decisións sexa, para algúns, unha xestión de dez; tamén que a descoordinación manifesta xorde, polo visto, porque os demais non cooperan, iso si, despois de que o señor Sánchez decidira non contar con ninguén fóra dos seus; os fenomenais erros á hora de mercar material sanitario prodúcense porque as empresas están confabuladas contra o Goberno... Agardemos que a néboa mesta que nos envolve deixe de ser tal, e atopemos un pequeno burato polo que albiscar un pouquiño de claridade e sinceridade. A partir de aí, a realidade, a verdade e a xustiza xorden por si soas, dun xeito natural, coma o inocente sorriso dunha criatura. Manuel Bouzamayor.
Exceso de deberes
Soy padre de un alumno de bachillerato y quería referirme a los deberes que mandan a mi hijo durante el confinamiento. Me parece muy bien que ya que no hay clases presenciales se refuerce la actividad escolar en casa, pero el ejercicio físico y el estar al aire libre es tan fundamental como hacer un trabajo sobre física de fluidos o la guerra civil en el Congo. Nuestros jovenes están encerrados pero les mandan tantos trabajos que no pueden ni aprovechar las franjas para hacer deporte o pasear. Están asfixiados.
Señores profesores, tan importante es estudiar Historia o Matematicas como tener un tiempo para uno, leer lo que te apetezca, relacionarte con tus amistades —aunque sea por videollamada—, dejar un poco a la mente creativa y no hacer de nuestros jóvenes unos autómatas programables. J.R.A.A. arteixo.
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Covid-19, fracaso de un cambio
La naturaleza, la tierra, nos transmite día a día que el ritmo frenético de la sociedad debe dar un giro hacia la sostenibilidad, la humildad... Cincuenta días después del inicio del estado de alarma esta idea ya no interesa. Volvemos disparados de nuevo al ritmo caótico que nos ha traído el covid-19 y muchos otros fenómenos naturales que hablan por sí solos. ¿Realmente no hay otro modelo que permita un cambio global? No hay ni siquiera acuerdo en cómo salir de esta crisis, tantas muertes de las que hace dos días algunos políticos hacían uso ya se olvidan y queremos correr más de lo que posiblemente se debería. Honrar también es pensar en que la historia no se repita. Mar Álvarez. Gijón.
Arresto domiciliario impuesto
Constituye para mí un insondable enigma que siga habiendo personas que defiendan ideologías que niegan la libertad en cualquiera de sus manifestaciones. Y mucho más en momentos en que su ausencia se hace angustiosamente palpable, cuando no generadora de desequilibrios emocionales, como estos de la reclusión forzosa. En situaciones así han malvivido durante décadas millones de humanos en diversas naciones de la tierra y aún lo padecen a diario en las últimas dictaduras que nos quedan, las comunistas. Acertaremos entonces si tomamos estos días como un pequeño ejemplo de las experiencias que se sufren en dichas espantosas sociedades totalitarias.
Por supuesto que no puede compararse al socialismo real con estas jornadas perdiendo el tiempo, viendo series, sesteando, enviando mensajes por el móvil o tomando cerveza, pero sí existen ciertas concomitancias, como esa del arresto domiciliario impuesto por una autoridad que ha preferido tal alternativa a la de apelar a la responsabilidad individual de «la generación más preparada de la historia. Enric Barrull Casals. Gerona.