A las 8 de la tarde, miles y miles de personas de toda España salen a balcones y terrazas y se asoman a las ventanas para aplaudir la labor del personal: sanitario, de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, policías locales y autonómicas, del ejército (UME), etcétera.
Entre todas las personas a las que aplaudimos, a mí me faltan los periodistas. Sin ellos no sería posible la información que, sobre la pandemia de COVID-19, recibimos los ciudadanos a través de periódicos impresos y digitales, radios y televisiones. Los periodistas y los medios en los que trabajan son los canales para recibir información de lo que está pasando dentro y fuera del confinamiento, las cifras de infectados, muertos y recuperados, las tendencias de comportamiento de los colectivos implicados, las opiniones de columnistas, etcétera. También recogen casos de la ola de solidaridad que recorre España con voluntarios dispuestos a ayudar a los más necesitados, del ingenio que brota por doquier para resolver múltiples situaciones. Por todo ello, creo los periodistas merecen un fuerte aplauso de los ciudadanos por su encomiable labor. El aplauso de las 8 también va por vosotros, periodistas. Al menos el mío.
Además, los periodistas han acumulando paciencia en las comparecencias de Sánchez y portavoces varios, cuando solo se admitían preguntas enlatadas. Eso se ha solucionado y ya se pueden hacer preguntas en directo (por videoconferencia).