Pandemia en la era de la globalización

Antonio Fontenla EN LÍNEA

OPINIÓN

Pepa Losada

08 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas un siglo, la prensa española comenzaba a informar de la propagación en Madrid de una enfermedad semejante a la grippe. Nadie, al principio, se la tomaba demasiado en serio, y la calificaban de una epidemia leve. Pero un año después había segado la vida de 250.000 personas en España y de más de 40 millones en todo el mundo.

Estas cifras son reveladoras, nos muestran cuan disruptiva, aparte de severa, puede ser una epidemia. Y digo disruptiva no solo porque implicó que se quebrantara la normalidad, sino porque, tras la misma, muchos aspectos sanitarios, sociales y económicos cambiaron para siempre.

Hoy nos enfrentamos a una nueva pandemia, pero con el elemento diferenciador de que es la primera de la era de la globalización. La crisis comercial derivada del COVID-19 ha puesto sobre la mesa los problemas manifiestos de una economía chinodependiente; el cierre de fábricas en el país asiático ha causado un shock de oferta.

Es en una situación contra las cuerdas como esta cuando la necesidad se convierte en oportunidad. Es el momento de volver a producir en casa. Estamos ante una coyuntura única para emprender la reindustrialización de Galicia y de España.

En cierto modo el proceso ya ha comenzado. Hace escasos días, la Xunta anunciaba la financiación de 10 millones a las empresas que reestructuraran actividad y fabricaran material sanitario, ante la impotencia de comprobar la falta de su suministro por parte del Gobierno central. Algunas ya se han puesto manos a la obra. Compañías del sector textil y de la automoción, entre otros, han empezado a reinventarse.

Ahora estamos en una situación excepcional, pero, cuando se imponga la calma, reclamaremos un pacto de Estado que apueste por la conversión de España en una gran fábrica innovadora, competitiva y eficiente. Ahora o nunca.