Unidad, responsabilidad y lealtad

Jesús Vázquez LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

Quique García | Efe

07 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Confinamiento. Hace un mes nadie usaba esa palabra. Hoy es el eje de nuestro mundo por obra de un coronavirus que provoca el COVID-19. Enfermedad que truncó la vida de más de 13.000 españoles; que muchos otros pudimos pasarla de forma más o menos leve en casa; y que a otras personas les supone una lucha intensa por sobrevivir en los hospitales, rodeados de ese ejército de héroes sanitarios. Por ellos va nuestro aplauso y eterna gratitud.

En ese confinamiento hay tiempo para reflexionar acerca de esta época compleja. Del inmenso valor de la responsabilidad individual en el bienestar colectivo: quedándome en casa, evito propagar el contagio. Y solo así la curva dejará de subir: unidos.

Reflexiono sobre la bondad. Pequeños gestos que dan luz en momentos tan oscuros. Se nos exige «distancia social» para aplacar al monstruo y vencemos esa barrera con cercanía, con cariño, con preocupación sincera. Me he emocionado por ello en estos días, sobre todo desde que me confirmaron mi positivo por COVID-19. Gracias, de corazón.

Volvamos a esa «distancia social» y a la solidaridad de quienes se supone que buscaron la unidad para hacernos más fuertes. Mientras el vecino de enfrente te hace la compra para salvaguardar tu salud y la de todos, algunos vecinos de la Unión Europea calculan las emergencias sanitarias en repugnantes cifras. Menos mal que, como en el barrio, es el vecino de al lado el que alza la voz por ti y se planta para exigir lo que es justo. Recordémoslo siempre.

Enlazo así con la lealtad. La veo entre quienes saben lo difícil que es gobernar y piensan antes en España o Galicia que en las urnas. Ya habrá tiempo de pedir cuentas por los graves errores cometidos. Canalicemos esfuerzos en vencer al enemigo invisible. Unidos. Pero por lealtad a mí mismo tampoco puedo silenciar lo que siento: el bochorno que emana del Gobierno de España, luchas de egos en medio de esta pavorosa crisis, olvidando la realidad: 47 millones de españoles confinados y atemorizados ante una situación inédita y grave.

Por eso, desde nuestro confinamiento necesitamos un Gobierno de España que hable claro y con responsabilidad, que informe con transparencia y que transmita seguridad y confianza. No es tan difícil: lo vemos a diario en Galicia.

Cierro aquí mi reflexión con los tres ejes que considero básicos en este camino conjunto: unidad, responsabilidad y lealtad. «Desleal es aquel que desaparece cuando el camino es oscuro», decía J. R. R. Tolkien. Caminemos unidos hacia ese horizonte común.