Economía: de hibernación a glaciación

Lorenzo Amor LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

PILAR CANICOBA

07 abr 2020 . Actualizado a las 16:21 h.

Que estamos en una pandemia global sin precedentes es algo incuestionable. Igual que lo es la durísima situación que estamos viviendo en España por culpa del COVID-19, que ha provocado ya más de 13.000 muertes. Más de 13.000 historias durísimas con nombres y apellidos. Por ello no es momento de hacer mítines partidistas, sino tiempo de unión. Si es cierto que las medidas tomadas de ámbito social son buenas y van por buen camino, desde luego que para los 3,2 millones de autónomos las medidas económicas son realmente nefastas.

En temas de empleo, hablamos de 900.000 puestos de trabajo perdidos en apenas dos semanas, convirtiéndose en el peor mes de nuestra historia laboral, una auténtica barbaridad. En esta caída del empleo no se contabilizan los casi 3 millones de trabajadores que se han acogido a ERTE, que ni están en la lista de paro ni en bajada de la Seguridad Social, ya que es una suspensión de empleo. Estos datos tampoco reflejan los 360.000 autónomos que han solicitado el cese de actividad extraordinario. Estos autónomos, aunque van a percibir una prestación no están de baja en el RETA y por lo tanto no contabilizan en estas cifras que hoy conocemos.

Y todo apunta a que los meses de abril y mayo serán tremendos, dramáticos, para las cifras de empleo. Esperemos que en junio haya cambio de tendencia. Pero, para eso, el Gobierno tiene que tomarse las cosas en serio. Una cosa es la crisis sanitaria, cuyas medidas acatamos y no ponemos en duda, y otra muy diferente la política económica y laboral que están llevando a cabo. El Gobierno tiene que apoyar a los autónomos, tiene que apoyar a las empresas, tiene que apoyar el mantenimiento del empleo. Si no lo hace, si no se apoya de verdad a autónomos y empresas, no habrá hibernación, habrá glaciación en la economía española.

Es evidente que no ha habido diálogo social con, al menos, una parte importantísima de los que vamos a padecer las consecuencias económicas de la pandemia: con más de 3,3 millones de autónomos que conforman el tejido productivo del país. Por este motivo, por no escucharnos, las medidas económicas que ha ido planteando el Gobierno han sido improvisadas, demuestran que no han entendido bien los problemas que tenemos los autónomos y, además, muchas llegan demasiado tarde.

Nos hemos sentido olvidados y dolidos porque, además de no atender a nuestros problemas, encima tenemos que oír que hemos sido un colectivo especialmente protegido en esta crisis. Ha sido justo todo lo contrario.

Por ello, tras la más que previsible ampliación del estado de alarma hasta finales de abril, y tras haber cargado la cuota de marzo a todo el colectivo, es fundamental que el Gobierno elimine, que no aplace ni dé moratoria, la cuota de autónomos del mes de abril, ya que los autónomos están en estos momentos en sus casas, confinados, sin actividad, sin ingresos, sin liquidez, sin facturar y no van a trabajar ni un solo día. Tienen que ayudar de forma real a los autónomos, darles una respuesta y salir a su rescate. Medidas como aplazar las obligaciones tributarias del mes de abril, correspondiente al primer trimestre, y que se pasen al mes de julio y se presenten conjuntamente primer y segundo trimestre son fáciles de realizar, y son las medidas que verdaderamente necesitan los autónomos. No créditos que les endeuden, y donde hay entidades que cobran comisiones de estudio y apertura, seguros… Querer es poder. Poder, se puede. ¿Pero realmente quieren ayudarnos?