COVID-19: estimulante colaboración

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

FRANCISCO AVIA / HOSPITAL CLÍNIC

30 mar 2020 . Actualizado a las 17:06 h.

Empezamos creyendo que el coronavirus COVID-19 era un problema asiático, acreditado y notificado por primera vez el 31 de diciembre del 2019 en Wuhan (China). La reacción de Occidente fue de curiosidad y de sosiego, porque casi nadie esperaba la rápida propagación y virulencia que el brote iba a desarrollar en tan corto espacio de tiempo. Pero la realidad fue que, cuando nos dimos cuenta, el coronavirus desatado en China ya había llegado a Europa, con especial incidencia en Italia y España y otros países de la UE. Algo ciertamente inesperado, que movilizó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a todos los países afectados o en riesgo de registrar contagios futuros (América). Así llegamos al agobio actual, que, en tanto no se le ponga coto, responde a una verdadera plaga mundial de extensión y duración aún muy imprecisas.

El esfuerzo que se está haciendo en España parece, en general, bien orientado, pero las garantías de éxito aún deberán ofrecérsenos en días venideros, para que cundan el sosiego y la esperanza. Porque la agresividad del virus ha derribado muchas de nuestras fortalezas y nos ha situado ante ciertas apuestas de resultados aún inciertos. Pero sí resulta muy estimulante y prometedora la colaboración de tantos especialistas y organizaciones (y no solo en España, sino en todo el mundo) para impulsar y desarrollar los necesarios conocimientos científicos, indispensables para atajar la propagación del virus y ponernos a salvo. Quizá solo esta unión de expertos (y por lo tanto de saberes compartidos) nos permitirá avanzar en los conocimientos científicos del nuevo virus, descubrir el rastro de su propagación y acertar con las medidas para ponernos a salvo

Es como si el individuo y la comunidad se hubiesen fusionado ante la necesidad de afrontar un desafío mayor. Porque de esto se trata. El miedo y la ansiedad son inevitables, pero también lo son la necesidad y los estímulos de comparecer en el combate que las circunstancias han definido. Para ello está bien que sigamos la información más cualificada sobre la pandemia y, también, sobre la acción de nuestros políticos ante ella. Al cabo, todo lo que estos deciden atañe a nuestras vidas. Tan importantes son. Y tan caros sus errores.