Los expertos, la salud y la política

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

Jesús Hellín - Europa Press

13 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El coronavirus importa porque es una enfermedad capaz de convertirse en epidemia o pandemia, y por ello más allá de virólogos y especialistas en enfermedades infecciosas o intensivistas -obviamente imprescindibles-, es la epidemiología y la medicina preventiva, con la gestión y las características del sistema nacional de salud, donde debemos depositar las esperanzas. Añadan a ello el comportamiento social frente a la enfermedad y los síntomas y encontrarán nuestras capacidades para solucionarla. De ahí la importancia de las redes sociales y medios de comunicación como elaboradores y transmisores de información, más allá del morbo, el pánico, los intereses económicos o su uso político.

No es la primera vez en que es necesario evidenciar las virtudes y capacidades de nuestro sistema sanitario público -y subrayo público-, empezando por la profesionalidad y el esfuerzo de médicos, enfermeros y técnicos, a pesar de recortes, precariedad y maltrato laboral y profesional al que han estado sometidos todos estos años.

Es cierto que algunas comunidades como Madrid la gravedad y extensión del coronavirus las han llevado al límite de su capacidad de respuesta. Otras comunidades, con una más baja intensidad actual de la infección, adaptan los planes desarrollados para la gripe A de 2009 a esta nueva situación. Porque uno de los aspectos claves en la gestión de esta crisis estriba en salvaguardar la capacidad asistencial del sistema sanitario y sus profesionales, y para ello se necesita suavizar la curva de crecimiento exponencial de la infección y ganar tiempo. En cualquier caso nada que ver nuestra capacidad de respuesta sanitaria con aquella de los EE.UU., con sanidad de cobertura cero para gran parte de la población y desatención laboral para los enfermos. Tampoco con las descoordinaciones en el estado italiano, también con la sanidad regionalizada, y en las que autoridades y ciudadanos menospreciaron las alertas primeras ante el coronavirus. El comportamiento y coordinación de las administraciones públicas españolas en esta crisis, en sus aspectos sanitarios, parece seguir pautas y comportamientos bien probados en la Organización Nacional de Trasplantes de España, lo que si se confirma no es un hecho menor.

Las medidas adoptadas en los distintos países y en España en esta fase harán que la epidemia remita, tendencia evidente ya en China. Por lo que la preocupación debe centrarse en los aspectos económicos y sociales que la epidemia ha generado, más que en los de salud. Manteniendo claro está nuestros sistemas sanitarios y de protección social, sin olvidar potenciar la capacidad de investigación que existe y también la responsabilidad social en la salud, que deben asumir sin excusas los agentes políticos.