Sobre la episiotomía

Belén López Viñas FIRMA INVITADA

OPINIÓN

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27 dic 2019 . Actualizado a las 13:55 h.

La episiotomía es un técnica quirúrgica que se realiza en algunos partos para facilitar la salida del bebé. Consiste en realizar una incisión en el periné (el tejido en la zona inferior de la horquilla vulvar, oblicua al ano) durante el parto.

Es una intervención controvertida y para entenderla debemos bucear en la historia y conocer el porqué de su introducción en el momento del expulsivo.

Etimológicamente la palabra «episiotomía» derivada de episeión (pubis) y temno (yo corto). Significa cortar el pubis. También llamada colpoperineotomía. Fue descrita por primera vez por sir Fielding Ould, científico Irlandés que dio a conocer la técnica al mundo en 1742 en su obra Teatrise of midwifery in threeparts. En el siglo XIX fue estudiada y aplicada nuevamente por Michaelis, Tranier y Crede. De Lee y Pomeroy, científicos que vivieron en el siglo XX, también describieron la técnica, haciendo que se considerase su realización en el segundo período del trabajo de parto. El objeto de su introducción en la práctica clínica era acortar el expulsivo en una época en la que no había medios para realizar una analgesia para el parto y como sistema para evitar desgarros perineales de III y IV grado que comprometían gravemente la vida de las madres provocándoles incontinencia de heces y orina lo que suponía la marginación del resto de la sociedad.

Durante años, se pensó que una episiotomía ayudaba a prevenir desgarros vulvovaginales más extensos durante el parto y a cicatrizar mejor que un desgarro natural. El procedimiento también se pensó para ayudar a preservar el soporte del tejido muscular y conectivo del suelo pélvico.

Sin embargo, hoy en día, la investigación sugiere que las episiotomías de rutina no previenen estos problemas. En estudios de los últimos años, las tasas de episiotomías informadas varían de un 9,7% (Suecia) hasta alcanzar un 100% (Taiwán). En nuestro medio la tasa oscila entre un 40-45% de episiotomías de media en todos los partos por vía vaginal.

Actualmente, los profesionales usan el juicio clínico para determinar la necesidad de episiotomía cuando los beneficios superan los daños en situaciones como el desgarro perineal grave inminente, y en aquellos casos en que esté indicado si se produce una distocia del hombro o se precisa un parto instrumental.

La formación y el entrenamiento continuado de los profesionales es el aspecto fundamental para una disminución segura de la tasa de episiotomías sin que se produzca un incremento simultáneo de los desgarros perineales de III y IV grado.