Galicia, lo peor de lo peor

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

15 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desarrollar el estado de bienestar, conciliación de vida profesional y familiar, apostar por las nuevas tecnologías, modernizar infraestructuras y transporte público, acciones de apoyo a la natalidad o mejorar el acceso a la vivienda son algunas de las medidas que resultan prioritarias para combatir el declive demográfico. Lo han dicho en Europa, que también padece el problema, y lo saben bien todos cuantos gobiernan nuestras vidas. Pero como si escucharan llover. En invierno.

Los datos hechos públicos esta semana por el INE son aterradores. En España, pero sobre todo y con notable diferencia en Galicia, que entre enero y junio registró 7.695 nuevas criaturas, la cifra más baja desde 1941 (cuando empezaron los controles) y que la coloca con el peor saldo vegetativo de España y uno de los peores de Europa. Y así llevamos, siendo lo peor de lo peor, casi un cuarto de siglo. Es «el mayor problema de Galicia», como lo bautizó este periódico. Cierto es que nada de esto nos pilla por sorpresa. Pero aun así somos incapaces de superarlo, en gran medida por el escasísimo interés en afrontar el problema con decisión. El presidente Feijoo dijo hace ya algún tiempo que «nunca fixemos tanta política» a favor de la infancia y de los mayores, pese a creerla insuficiente y que no tendrá resultados si no se trabaja con «constancia e continuidade».

Pero, ¿se encara el problema? ¿Estamos modernizando las infraestructuras y el transporte público? ¿Estamos potenciando el estado de bienestar? ¿Y las nuevas tecnologías? O, como en las Tierras Altas de Escocia, ¿apostamos abiertamente por avances tecnológicos, políticas de repoblación y turismo de calidad? Pues no. Y además de no poner en práctica esas políticas que pueden servir para aliviar el problema, estamos a la cola de la UE en desempleo y población en riesgo de exclusión social, y a este paso el jardín gallego, del que tanto presumen cuando van a Madrid, se va a quedar sin nadie que lo riegue.

Están rendidos en la lucha contra la natalidad. El cierre del paritorio de Verín es significativo. Un reconocimiento de la incapacidad y de lo que se viene encima. Es el primer caso, aunque a este paso acabarán por cerrarlos todos. Y dedicar lo que invertimos en ellos a la festa da alcachofa.