Una coalición que debe ser un Gobierno, no dos

OPINIÓN

SERGIO PEREZ | Reuters

12 nov 2019 . Actualizado a las 14:38 h.

A toda prisa, en 24 horas, en una sala pequeña, sin medios incómodos que pudieran hacer preguntas. Así se cerró la alianza de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos que necesitará del apoyo, en forma de sí o abstención, de al menos otra media docena de partidos, alguno de dudoso pedigrí constitucionalista. Pero a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias eso les da igual: los dos han conseguido lo que querían, Pedro seguir en la Moncloa y Pablo ser vicepresidente al fin.

Sánchez ha cumplido su promesa de hacer una propuesta en 48 horas desde el cierre del escrutinio. Le habrá costado renunciar a su deseo de gobernar en solitario, pero el mensaje de las urnas el 10N fue expeditivo: no tiene la confianza de la mayoría de los ciudadanos para llevar el timón en solitario.

Quizá el presidente en funciones esté buscando ya alguna farmacia en la que comprar algún relajante que le permita conciliar el sueño que aseguró que perdería si Unidas Podemos entraba en el Gobierno. Ahora le toca restañar las heridas de los insultos con los que descalificó a su futuro vicepresidente tanto desde la tribuna del Congreso de los Diputados como en las entrevistas y mítines de la larguísima campaña electoral que hemos vivido desde el 28 de abril.

Sánchez e Iglesias lo intentaron en el 2016 y en el 2019 en primavera. Quizá a la tercera consigan que funcione una relación entre competidores llamados a entenderse. Sobre la mesa habrá muchas patatas calientes: los impuestos, el mercado laboral, la renta básica, las eléctricas... y, sobre todo, Cataluña, el elemento fundamental que, según el socialista, impedía el entendimiento entre las dos formaciones.

Los responsables de PSOE y Unidas Podemos han aprendido de algunos errores. Han controlado la negociación directamente, no han utilizado los mensajes en las redes y han sido capaces de buscar los puntos de encuentro y no los de discrepancia. El problema es que ahora tienen que ser capaces de hacer un solo Gobierno, no una coalición con dos cabezas compitiendo por ver quién capitaliza una alianza que parecía obligada pero a la que ninguno quería llegar.

El viaje ha sido largo. Nos ha costado a todos los españoles una repetición electoral y más de doscientos millones de euros. Ojalá sirvan para que el Gobierno funcione.