Los pacifistas de Torra y Puigdemont

OPINIÓN

David Borrat | Efe

02 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Podemos imaginarnos a Quim Torra despidiéndose de estos pacifistas de manual a las puertas del Palau: Abrigaos, hijos, nos os vaya a coger el frío, «resistid». De ahí las capuchas, bragas y verdugos, pues nada debería ocultar quien mal no hace. He aquí parte de la «radicalidad democrática» de la que habló ayer el president, que ya es rizar el eufemismo. Su pancarta no necesita traducción: El combat continua. Si Hannah Arendt levantara la cabeza, tendría que pellizcarse. A lo mejor lo próximo en esta república ilegal, imaginaria e imposible es prohibir los libros de esta pensadora, pues la banalidad del mal los retrata a la perfección. Toman café, ven series, fichan en el trabajo, tienen hijos y padres y se enfrentan al Estado opresor. ¿El combat continua? Pobre Cataluña: las peligrosas frivolidades de Torra y Puigdemont, padrinos y sostenes de estos entrañables pacifistas, continúan.