¿Dónde están los hombres?

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MI MUNDO ES OTRO

OPINIÓN

XOAN A. SOLER

21 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No quiero abrir heridas, es todo lo contrario esta cuestión que no es una pregunta, sino una acusación: ¿dónde están los hombres? Los hombres que ahora mismo tendrían que llenar las calles y salir, por una vez y para siempre, en manada. Los hombres que deberían gritar y gritarse: ¡Basta ya! Los hombres espeluznados, los heridos de muerte porque tienen una bomba en sus manos que les explota cada mes, cada semana, cada día que uno de ellos asesina a una mujer. A esos hombres quiero creer que se les estruja el corazón cuando oyen los nombres de Sandra, de Alba y de María Elena, que se revuelven por dentro cuando escuchan los de todas las mujeres que han sido acribilladas por sus maridos, por sus novios, por sus exmaridos y por sus exnovios.

Esos hombres que lloran, que están furiosos, que están hastiados de esa mancha que los condena, a esos hombres yo los echo de menos cuando uno mata. Ellos deberían ser los primeros en salir en defensa propia y liderarse como seres humanos, lejos de los monstruos. Sumarse unidos en la condena, como un movimiento que no aguanta más, que no soporta, que repudia y que se une verdaderamente a nuestro dolor. Esos hombres con miedo a que les maten a sus hermanas, a sus madres, a sus suegras, a sus compañeras de trabajo, a sus amigas, a sus amantes, a sus vecinas. Esos que no se lamenten más y que digan clarito y de una vez por todas que renuncian a ese instinto de posesión que nos mata.

Todos los hombres que tiemblan como nosotras deberían hacerse más fuertes y gritar más alto por este terror, porque si no lo hacen pronto, cuando los cadáveres aún están calientes, esa sangre que emana de las mujeres les acabará salpicando en la cara. Todos esos hombres no deberían acobardarse ahora que la muerte nos acorrala. ¿Dónde están?