Mi «megasupercumple» no se toca

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

17 sep 2019 . Actualizado a las 12:14 h.

Oí en mi casa que quieren limitar los cumples. Menos mal que mi megasupercumple no se toca. El último fue la bomba. Invité a toda mi clase del cole. También invité a todos los del parque. Ahora, como vi que mis padres consentían con tal de que no les diese la lata, me vine arriba y les dije que por qué este año no venían también a la fiesta los compañeros de las clases de inglés de los martes y los jueves. Y todos los del equipo de fútbol de los miércoles y los viernes. Fue mi madre la que contestó entonces que era feo no incluir a los del grupo de esgrima de los lunes. Y a los de las clases de piano después de la esgrima. Entonces mi padre añadió, siempre tan considerado con nosotros, que, para que mi hermana no se sintiese mal, deberíamos innovar este año y permitirle que viniesen algunas de sus amigas. Por ejemplo, todas las de las clases de piscina de los lunes y los jueves y también las del ballet de los miércoles y los jueves. Como mi hermana es una máquina con los idiomas, tendríamos que hacerle sitio en mi cumple a sus compañeros de inglés y francés, pero también a los de ruso. Mi hermana ya estudia ruso y mis padres están pensando en matricularla en chino. A mí no me gusta nada el fútbol, pero mi padre fue tan bueno como Messi de joven y dice que no puedo dejar los entrenamientos ni loco. Mi hermana odia el ballet, pero mi madre tuvo que dejar el ballet por culpa de una lesión y dice que a su niña se le nota un talento como el que ella tenía. Se lo ve en el brillo de sus ojos azul piscina. Somos tantos en mi cumple que lo vamos a hacer en un pazo. En casa no cabríamos ni locos, y eso que tenemos una piscina olímpica y un jardín gigante. Me dejan elegir si quiero que la fiesta sea un safari o un rodeo. Habrá magos y un montón de actuaciones. Está prohibido que los padres de los niños invitados sumen dinero para los regalos. Los regalos deben ser individuales o que se abstengan de traer a sus hijos. Todavía no abrí todos los paquetes del año pasado, pero qué más da. Ah, y que nadie me regale ir a Disneylandia que ya estuvimos en la de París y en la de Orlando, porque mis padres no pudieron ir de niños y nos dijeron que no querían que nosotros sufriésemos lo mismo. Se hicieron ellos más selfis que nosotros. Mis padres son geniales. Son mis mejores amigos. No saben decirnos que no a nada.