¿Qué mató a Blanca Fernández Ochoa?

César Casal González
césar casal CORAZONADAS

OPINIÓN

COE

10 sep 2019 . Actualizado a las 12:38 h.

Hay muchas teorías sobre el parentesco entre hechos, realidad y verdad. Alguna muy interesante dice que los hechos son lo que conocemos de manera objetiva. Blanca Fernández Ochoa apareció muerta en el paraje más hermoso de su sierra favorita: Cercedilla. La realidad se irá clarificando y sería lo que configuran los hechos: algo pasaba en la vida o en la no vida que llevaba Blanca. Su familia dice de puertas afuera que «estaba fenomenal». Pero los hechos no nos llevan hacia ese cuento de hadas. Pero es que, detrás de hechos y realidad, está siempre la verdad, que es lo más difícil de atrapar y de concluir. El ser humano es muy complejo. La verdad es muchas veces lo que no nos atrevemos a decir en voz alta, el daño que hace callarse el dolor de la mente que en esta sociedad está estigmatizado. Uno cuenta una enfermedad del cuerpo, pero tiene miedo a contarle al mundo que su cabeza no puede más.

El diario El Mundo publicó que un antipsicótico de primera generación que ya no se receta mucho fue la causa del adiós de Blanca, lo que llevaría a una muerte voluntaria, si no hay sorpresas. La autopsia aportará luz, pero seguirá habiendo zonas oscuras. No existe la persona de una sola cara. Sobre todo si está expuesta a los medios. Todos estamos ante el espejo de los que nos rodean. Pero la fama hace que esos espejos se multipliquen hasta el infinito como en la escena final de La dama de Shanghái. ¿Cuál de todas las imágenes que hay de nosotros es el espejo sobre el que debemos disparar? Las crónicas dicen que la campeona no se sentía campeona porque, aunque mucho mejor esquiadora que su hermano Paco, ella no logró el oro que él sí se colgó al cuello.

Hay señales que indican que Blanca no podía con muchas cosas de su día a día, a pesar de sus dos hijos. La muerte de su hermano de cáncer a la misma edad que se ha ido ella, 56 años, pudo ser una cumbre insalvable. Se cortó el pelo al dos para mostrar su solidaridad con él. En esos detalles está la verdad, lo que importa. Esta sociedad castiga la fragilidad. Y Blanca, también según sus conocidos, era la más frágil de sus ocho hermanos, la de la permanente sonrisa. Exigirse mucho es un desastre. Hay que aceptarse. Blanca creía que le debía algo a este país por no llevarse el oro en Calgary. Para ella no eran suficientes cuatro victorias en pruebas del mundial, 23 podios y un bronce olímpico. Increíble.

El problema es que cada uno tiene su verdad, la que está dentro de su cabeza más allá de medicaciones o de circunstancias, y esa se ha ido para siempre con ella. Especialista en descender sobre esquíes, tal vez decayeron sus fuerzas y lo siguió haciendo en su vida hasta la Peñota y sus amados Siete Picos de la sierra de Cercedilla. «Es mi montaña, mi lugar de refugio. Me calma». Blanco adiós.