Nos reíamos cuando pensábamos en ella. Qué locura esa chica con el pelo azul que se aparecía junto a la lavadora. Veinte años después la sonrisa se nos ha quedado rota. La televisión nos muestra una realidad perturbadora. ¿Recordáis cuando las noticias eran aburridas? se pregunta el hermano mayor de una familia normal, vulgar, hasta ese momento un poco aburguesada. Hay una mujer en la televisión que presume de decir lo que todos piensan. Al principio era un chiste en medio de la programación. Ahora, la gente que no la adora empieza a estar asustada. Reclama que un test de inteligencia decida quiénes son los que participan en la fiesta de la democracia. Los bancos quiebran y la energía empieza a ser demasiado cara. Una torre con luz es la que controla prácticamente toda la casa. Las zonas más conflictivas tienen rejas y no dejan abrirlas si la cosa se desmanda. Una oleada de xenofobia está sacudiendo Europa. La tecnología toma más el control y hay quien solo aspira a salir de su cuerpo para ser simplemente big data. La clase media es empujada a cruzar en patera el canal de la Mancha. Vuelve a estallar una bomba atómica en el borde mismo de Asia. De verosímil, incomoda. Years and years es como mirar el mañana a través de la pantalla. La señora del pelo azul estaba equivocada. La lejía que traía no era suficiente para desinfectar un mundo en decadencia acelerada.