El planeta está en llamas, pero nuestra dieta lo puede enfriar

Luis Ferreirim A FAVOR

OPINIÓN

30 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El planeta está en llamas, inmerso en una crisis climática y de pérdida de biodiversidad sin precedentes. No es una novedad, organizaciones ecologistas como Greenpeace lo venimos advirtiendo desde hace décadas y cada vez son más los organismos internacionales que alzan su voz. Se nos acaba el tiempo, pero aún podemos evitar las peores consecuencias del cambio climático. Eso sí, necesitamos actuar ya, conjunta y coordinadamente y en todos los sectores. El reto es enorme, la responsabilidad mayor, pero de ello depende la vida tal como la conocemos.

El año pasado, el Grupo Intergubernamental de Personas Expertas en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) advirtió de que para limitar el calentamiento global a 1,5 grados harían falta «cambios rápidos, de amplio alcance y sin precedentes en todos los ámbitos de la sociedad». Hace días, en un nuevo informe, mostró por primera vez la relación entre el cambio climático y los usos del suelo, documentando su impacto en el sistema alimentario e incidiendo en cómo un uso sostenible puede contribuir enormemente a la adaptación y mitigación de esta crisis climática y, a su vez, asegurar alimentos para todas las personas.

De las conclusiones de este informe cabe destacar que el 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero tienen origen en el sistema alimentario, que los mayores cambios en el uso de los suelos y la deforestación están asociados a la actividad ganadera y que un cambio en la dieta, con una reducción drástica del consumo de carne y otros derivados animales, es fundamental para hacer frente a esta crisis.

En España el consumo de carne está descendiendo paulatinamente, pero seguimos siendo el segundo país con el consumo más elevado de Europa (unos 250 gramos diarios, frente a los 300 gramos semanales recomendados). Lamentablemente, no ocurre lo mismo con la producción, en aumento y cada vez más intensiva.

La clase política española debe actuar según lo que marcan estos informes: urgen medidas para reducir el consumo de carne y la ganadería industrial y apoyar la agroecología, la ganadería extensiva y ecológica de pequeña escala, y los productos locales y de cercanía. Individualmente podemos actuar en la misma línea y exigir a los gobiernos acciones urgentes, valientes y contundentes. Estamos ante una emergencia planetaria.

Estos días se reunieron los países más poderosos del planeta (G7) y la crisis climática y de biodiversidad no estuvo en el centro de su agenda. No podemos seguir cometiendo el mismo error e ignorar una vez más la mayor prioridad actual: salvar el planeta.