Tras su España vertebrada, que recoge las charlas con Santiago Abascal, Sánchez Dragó tiene en Bertín y el feminismo un nuevo filón. Bertín insta ahora «a todas esas feminoides que tenemos aquí de pancarta y subvencionadas» a que vayan a las embajadas de Irán o de cualquier país africano, donde sí pasan serias dificultades. También reta a sus críticos a que digan «un derecho fundamental que tengamos los hombres y no las mujeres en España», a lo que se autorresponde: «No van a encontrar ninguno, y ya vamos a seguir hasta el siguiente escalón, los derechitos».
Quizás Osborne considere derechitos la pelea por romper la brecha salarial del 30 %. O igual le esté quitando hierro a la poca representación femenina en las altas esferas. Es posible que muchos de esos derechitos sin importancia sean el germen de las cuatro violaciones diarias de media que registra esa España con la que tanto se llena la boca. Por no hablar de las 40 muertes por violencia machista en lo que va de año. Aunque a Bertín no le toques ahí, que él es «mucho más beligerante que vosotros», y añade: «Si por mí fuera, a esos cobardes de mierda los colgaba por las pelotas». Muy en la línea de Abascal. Por cierto, el líder de Vox también respondió a la trascendental pregunta que Osborne les hizo antes del 28A a los tres candidatos de la derecha: «¿Y qué tal la chavalada?» [tradúzcase chavalada por ligoteo]. Feminoides, sacad las pancartas. Las necesitamos.