El industrial siempre ha sido uno de los pilares fundamentales de la economía en Galicia, sin embargo, los últimos movimientos del sector con noticias como el cierre de Alcoa o el final de central de Meirama, junto a decisiones estratégicas como el traslado de centros productivos de Euskatel (R), que llevará parte de sus servicios al centro que la empresa china ZTE acaba de abrir en Asturias, están dibujando un panorama de incertidumbre enmarcado por índices de producción industrial en retroceso que nos hace preguntarnos si estamos al final de un ciclo. Los últimos datos del INE, con un descenso de la tasa anual de producción industrial del 11,4% respecto a los índices de abril de 2018, tampoco invitan al optimismo. ¿Está la industria de Galicia en un punto de inflexión? ¿Tenemos motivos para preocuparnos? Los últimos movimientos en empresas de referencia en Galicia preocupan por las implicaciones a nivel económico y social. Preocupan, también, los cambios regulatorios y las reformas fiscales en materia energética que penalizan y lastran la competitividad de esta industria. Esta coyuntura es extrapolable al resto del país, la zona euro y a nivel global, con un contexto de inestabilidad política, guerras comerciales y unos datos macro que los analistas traducen en términos de recesión.
Las últimas noticias en el sector industrial en Galicia no son buenas, pero puede haber motivos para el optimismo. Contamos con un sector agroalimentario y biotecnológico que están siendo la principal palanca de competitividad. Nuestra comunidad se ha convertido también en uno de los polos de innovación con mayor proyección a nivel nacional e internacional. El Gobierno autonómico debe apostar por medidas que impulsen el crecimiento del sector industrial, la implantación de nuevas industrias y la ampliación de las existentes. Es fundamental consolidar proyectos de renovación y dotar al ecosistema industrial gallego de medios. Hay que apoyar a las empresas consolidadas para que innoven en la aplicación comercial de sus capacidades, es el caso de Navantia, Grupo Intaf o Fundiciones Rey que ha celebrado recientemente sus 75 años en el mercado. También a las micropymes de reciente creación con vocación innovadora y con gran proyección como Alen Space en el campo de los satélites. No dejan de sorprender los focos de talento que existen en la geografía gallega, casi ocultos, sin la proyección y apoyo que deberían tener para poder crecer.