Quince años sin Carmina Ordóñez

Mónica Pérez
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OPINIÓN

EDUARDO ABAD | EFE

24 jul 2019 . Actualizado a las 12:12 h.

Ayer se cumplieron quince años de la muerte de Carmina Ordóñez. Su premonitoria frase de «No voy a llegar viva a los 50 años», se cumplió aquella mañana de julio en la que la noticia corrió como la pólvora causando una gran conmoción. Recuerdo perfectamente aquella mañana cuando los magacines matutinos, al frente de los que estaban las presentadoras sustitutas, enmudecían para contar que Carmen Ordóñez había aparecido muerta en su casa. Para desgracia de sus hijos y de todos los que la querían, se había cumplido su presagio. A continuación comenzaron días, semanas y meses de analizar la vida y la muerte de la Divina: su precoz matrimonio con Paquirri, su enfrentamiento con Isabel Pantoja, su tormentoso idilio con Ernesto Neyra, sus adicciones... Madre, hija y nieta de toreros fue famosa desde la cuna, sin ocupación conocida más que la de famosa, el suyo es un ejemplo de que a veces, hay familias tocadas por la tragedia, lo que agranda aún más el mito a su alrededor. Perdió a su madre, su hermana menor Belén murió pocos años después. Su saga aún sigue interesando a los programas y prensa del corazón. Las bodas de sus dos hijos, el nacimiento de tres de sus cuatro nietos, la mala relación entre sus hijos,... Estos son algunos de los momentos que Carmina no pudo ver tras su repentina muerte, que supuso para muchos el fin de una era en la jet set, con unos protagonistas irrepetibles.